La enfermedad Covid-19 es una herramienta –tal vez la más tenaz pero no la única– para romper el tejido social, opinó Catherine Walsh, profesora principal y directora del Doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina “Simón Bolívar”, sede Ecuador, en su participación en el ciclo de conferencias del programa de formación permanente en línea “Otras voces en educación”.
Su disertación en este evento académico organizado por la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares Histórica fue el 17 de junio y se tituló “Pedagogías decoloniales: insurgencias desde las grietas”.
Walsh –reconocida por su trayectoria académica, así como una intelectual-militante involucrada en procesos y luchas de justicia y transformación social– de inicio cuestionó cómo resistir, existir o reexistir en estos tiempos, no sólo de Covid-19, sino más ampliamente de la “guerra”.
Habló de las grietas como los lugares donde ella se localiza, porque hacerlas es su labor en este sistema de poder, “un sistema colonial, capitalista, racista, heteropatriarcal y presente en prácticamente todas las esferas de vida, y especialmente en la educación”.
En su opinión, la educación institucionalizada cultiva el poder; es más, se identificó como agrietadora y sembradora de semillas insurgentes, “en este sistema que poco a poco está matándonos”, pero naturalmente, “no de la misma manera”.
Recordó que así fue desde antes de esta pandemia y lo llamó virus de violencia–guerra–muerte que tiene más de 500 años, pero que en los últimos ha tomado una fuerza especial.
Ésta se aprecia en la eliminación de jóvenes, activistas, mujeres que se atreven a expresarse, así como líderes indígenas, afros y campesinos. Tal eliminación, para ella, llega también a los conocimientos ancestrales, los saberes de resistencia, insurgencia, creación y rebelión.
“Con la pandemia de Covid, la matriz colonial de poder está, sin duda, tomando nuevas aristas, formas de violencia, vigilancia y control; pero también de militarización y neoevangelización.”
Con la Covid-19, advirtió, vienen nuevas estrategias y maneras del individualismo, la indiferencia, el miedo, el silencio y el silenciamiento, la exclusión, la pacificación y la no acción.
“Como bien sabemos, la pandemia ya es parte misma de esta matriz de poder. Facilita el avance del extractivismo, la codicia del capital y la exterminación de todos quienes nos oponemos y simplemente queremos obstaculizar su avance.”
De ahí, habló nuevamente de las grietas y cuestionó cómo moverse entre ellas, cómo abrir más y extender las fisuras; cómo encontrarse con otras personas en ellas y caminar juntas la insurgencia.
Un planteamiento más de Walsh fue: “¿Cuánta energía hemos gastado en la protesta?, la que muchas veces resta a la propuesta”.
Fue así que habló de las diferentes resistencias de que se tiene conocimiento, de posturas propositivas, de creación, construcción y formación: De comunidades que promueven el trueque en estos tiempos de Covid, las guardias comunitarias en muchos lugares, la solidaridad comunal en varios territorios urbanos, las insurgencias que le dan un valor a la medicina y conocimientos ancestrales –incluyendo parteras y sanadores.
También habló de las insurgencias de las mujeres que siguen en el proceso de confrontar la violencia y la muerte para afirmar la vida; las personas que luchan contra el racismo. La lista tocó varias regiones de este continente y más allá, se trata de modos de “agrietar la matriz colonial”.
Otro punto de su reflexión giró en torno a las pedagogías decoloniales y mencionó claves para su comprensión, la primera y más abarcadora: no es lo mismo preguntar qué hacer, que cómo hacerlo –ésta da sentido y camino.
“Así pienso la pedagogía, no como transmisión o instrumentalización de conocimientos; tampoco como actividad necesariamente limitada a la escuela, colegio o universidad, sino y como decía Paulo Freire: la pedagogía como método indispensable dentro y para las luchas sociales, que también son políticas, epistémicas y de existencia.”
Otras claves de la educación decolonial fueron: el “hacer” decolonial, el trabajo de descolonizar; lo “pluriversal” –no lo universal– en la labor pedagógica; aprender a desaprender lo impuesto para volver a aprender de otra manera –de ello también enlistó ejemplos.
La quinta clave, dijo, es la praxis misma, la insurgencia desde las fisuras y grietas, “sembrando vida donde está la muerte”.
La charla completa se pude ver en https://www.youtube.com/user/DILANCI.