Desde el mes de noviembre la iglesia católica retomó misas presenciales, celebraciones de bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, XV años y bodas. El número de feligreses es limitado, y dada la situación económica que prevalece entre los católicos se bajaron cuotas de recuperación por los servicios religiosos.
El virus Sars CoV-2 obligó a líderes religiosos y feligreses a usar las redes sociales como una opción para predicar y mantener su fe. Las plataformas Facebook, Zoom, Meet y hasta grupos de WhatsApp se usaron para evangelizar y preparar a quienes buscaban tomar algún sacramento.
Ximena Aguirre acompañó a Matheo a recibir el sacramento del bautismo. El proceso para llegar a la misa fue largo. La pandemia y la falta de espacios físicos para tomar las pláticas de preparación prolongó el evento católico que se había programado para verano.
El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan José Suazo Reyes, confirmó que la pandemia los llevó a suspender las misas en marzo, y fue hasta noviembre cuando se permitió a grupos pequeños participar en la eucaristía.
Aunque las parroquias nunca se cerraron, pues se permitía el acceso controlado y con medidas de sana distancia a los feligreses, ahora se ofician misas al 30 por ciento de la capacidad de los templos.
Cuando se realiza algún bautizo, explicó el religioso -primera comunión, fiesta de XV años o boda- solo se permite el ingreso de 25 personas a cada templo; y para entrar es obligatorio el uso de cubrebocas.
Datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) confirman que hasta el 2010, el 78.7% de la población de Veracruz era católica, 9.2% son protestantes y evangélicos, 6.5% no tiene religión, el otro 3.4% profesa una religión bíblica diferente de las evangélicas.
La pandemia vs los sacramentos
Este fin de semana se realizaron ceremonias colectivas para celebrar bautizos, presentaciones de tres años y confirmaciones en algunas iglesias de la ciudad. Durante la celebración se limitó el número de feligreses y familiares de los festejados.
Eso llevó a los sacerdotes de las más de 90 iglesias en la arquidiócesis de Xalapa a ampliar el número de misas que ofician; en todos los casos los padres son accesibles a las circunstancias de los padrinos y los padres de familia y se bajaron los costos de los servicios, planteó el vocero de la Arquidiócesis.
Ximena Aguirre se estrenó como madrina. En la misa que se celebró el sábado 19 de diciembre se controló el número de personas. Y el festejo que en el pasado involucraba a familiares y amigos, hoy se limitó a padrinos y papás.
“El evento estaba programado para marzo, pero llegó la pandemia y se canceló. Pensamos que, en verano, pero tampoco se pudo porque seguía el covid, y se reprogramó para diciembre”, comentó.
La incertidumbre se generó porque se pedía como requisito indispensable las pláticas de preparación de padres y padrinos, pero tampoco se daban opciones del lugar o espacio donde tomarlas.
Lo que en el pasado se podía resolver con una plática intensiva de fin de semana de pronto llevó un par de meses para encontrar una iglesia donde el párroco apoyara omitiendo ese trámite.
“No eran más de 10 niños, y lo novedoso fue el tema de la misa. Antes ibas a la misa o la homilía, ahora todo fue muy rápido, el padre hizo la ceremonia del bautizo donde le dan el nombre, le ponen los aceites, moja su cabeza en la pila de bautizo”.
La ceremonia no fue de más de 10 minutos por cada niño, y a pesar de la pandemia al menos una decena de padres llevaron a los menores a recibir un sacramento.