Covid cimbró cimientos de la primera infancia

Covid cimbró cimientos de la primera infancia

Los hábitos de los niños menores de 6 años peligran por la pandemia; un informe del Banco Mundial revela que 716 mil no comieron en el día por falta de dinero en casa y más de 5 millones se alteraron emocionalmente.

CIUDAD DE MÉXICO.

La pandemia de covid-19 cimbró los cimientos  de los 14 millones 321 mil 615 niños que viven su primera infancia. Casi 2 millones, 13.6%, de los niños y niñas menores de seis años de edad se quedaron en casa sin la supervisión de un adulto; poco más de 9 millones, 63%, no continuaron con sus citas médicas regulares; y 716 mil, 5%, no comieron en algún momento del día porque no había suficiente dinero.

Así lo revela una investigación del Banco Mundial próxima a publicarse, que advierte que prácticamente todos los hábitos saludables de los niños y niñas en su primera infancia, los años clave, para el resto de su vida, en los que se desarrollan las conexiones neuronales, la inteligencia, la personalidad y la creatividad,  hoy están en peligro a causa de la crisis sanitaria. 

Según los primeros hallazgos de la investigación dados a conocer por Marcela Silveyra, analista en Educación del Banco Mundial, los niños  y niñas que se han quedado  en casa, sin la supervisión de un adulto, han tenido que ser cuidados por sus hermanitos menores de 10 años.

A la falta de supervisión adulta que experimentaron los niños de entre 0 y 6 años de edad, se suma que, por los altos niveles de estrés causados por la crisis, uno de cada diez, es decir, 11% de los cuidadores, reconoció tener más dificultades para ser cariñosos con ellos, y dos de cada diez, 19%, confesó haber recurrido a métodos de disciplina violentos.

Dos de cada tres niños empezaron a ver más televisión, pero no contenidos relacionados con temas educativos. El mayor incremento se registró entre los niños menores de tres años de edad.

Pero no sólo eso, comer y dormir en un horario regular, jugar en un horario adecuado, estar activo físicamente, tener actividades padres-hijos son  hábitos que se redujeron hasta 20 por ciento.

Esto ocasionó alteraciones emocionales en los pequeños: 5 millones 198 mil 746, 36.3 %, lloraron mucho; mientras que la mitad, es decir, 7 millones 189 mil 615 se pusieron más irritables. El 18.8% destruyó cosas y el 8.6% se aisló o dejó de hablar.

Al participar en el webinar Midiendo el impacto de la pandemia de covid-19 en el bienestar de los hogares, con especial énfasis en las familias con niñas y niños, organizado por la Fundación para la Investigación y Educación en Salud Pública A.C. y el Instituto Nacional de Salud Pública, la analista del Banco Mundial indicó que desde el inicio de la pandemia, en 30% de los hogares con niños y niñas menores de 6 años, la alimentación empeoró y sólo 37% de los niños y niñas continuó con sus citas médicas regulares.

De acuerdo con el estudio Impacto de covid-19 en la Primera Infancia, las pérdidas laborales sufridas durante la pandemia están fuertemente y de manera negativa asociadas a varias dimensiones cruciales para niños y niñas en su primera infancia.

Es decir, según Sylveyra existe un riesgo mayor de 16% de peor alimentación para los niños y niñas cuando ocurre una pérdida de trabajo del padre o la madre; falta de supervisión adulta de 11% o de que estén de acuerdo con el castigo corporal de 8% y de inseguridad alimentaria de 5 por ciento.

El estudio encontró que, en dos de cada tres hogares, 19%, el jefe del hogar perdió el empleo, lo que impactó a niños y niñas.

Estos cimientos para millones de niños están débiles, no tienen las varillas adecuadas o la cantidad de varillas que necesitan. Si no mitigamos este efecto, dejamos estos cimentos débiles y empezamos a construir una casa, esa casa se nos va a cuartear en unos años y se nos va a caer”, alertó la analista Marcela Silveyra.

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