Las probabilidades de que la enfermedad que desarrolló un voluntario de los ensayos de la Universidad de Oxford y AstraZeneca sea un efecto de la vacuna contra el Covid-19 son pocas, revela un documento enviado a los participantes.
El voluntario de los ensayos en Reino Unido desarrolló una “enfermedad potencialmente inexplicable”, informó AstraZeneca.
El diario estadounidense The New York Times la identificó como mielitis transversa, y los ensayos se suspendieron unos días. Se creó un comité independiente para evaluar los riesgos de la vacuna. El comité “concluyó su investigación” y se determinó “que los ensayos podían reanudarse en el Reino Unido puesto que eran seguros”, anunció el sábado la farmacéutica, sin dar más detalles.
En un documento enviado a los voluntarios, fechado el 11 de septiembre, la Universidad de Oxford explica que “en el ensayo actual hemos realizado revisiones de seguridad cuando los voluntarios de los ensayos de ChAdOx1 nCoV-19 desarrollaron síntomas neurológicos inexplicables, incluyendo sensaciones distintas o debilidad de miembros, y pausamos el estudio mientras se realizó la revisión”.
Añade que “tras una revisión independiente, se consideró que, o bien era improbable que estas enfermedades estuvieran asociadas a la vacuna, o no hubo evidencia suficiente para decir de cierto que las enfermedades estuvieron relacionadas o no con la vacuna. En cada uno de estos casos, tras considerar la información, los verificadores independientes recomendaron que continuaran las vacunaciones”.
La Universidad señala que continuará el “monitoreo estrecho” tanto de los voluntarios afectados como de los demás participantes, a quienes se les pide reportar cualquier síntoma inesperado. “Con cualquier medicina nueva o vacuna existe siempre la posibilidad de un efecto colateral inesperado”, acota.
El dato
AstraZeneca y la Universidad de Oxford reanudaron sus ensayos clínicos en el Reino Unido para hallar una vacuna contra el nuevo coronavirus; el lunes retomarán los estudio en Brasil.