Las mil caras de Diego Maradona, sus looks, sus momentos, sus estados de ánimo, fuera y dentro de una cancha, todo eso fue sintetizado por el camión de Pasquale Rea, un italiano fanático de Napoli y del astro mundial.
Así como alguna vez el ídolo popular interrumpió un entrenamiento de Boca cuando llegó con su Scania, en el sur de Italia uno de sus fieles tuneó su vehículo como tributo a la máxima leyenda internacional. El camionero acondicionó su herramienta de trabajo con las imágenes más significativas de la vida del Pelusa. Desde sus días en argentinos, cuando daba sus primeros pasos en el fútbol profesional, hasta su máxima expresión de la perfección en el Mundial de México en 1986.
A modo de homenaje y también como forma de despedida, el tributo silencioso sorprendió al mundo en las inmediaciones del estadio del club en el que Diego brilló. Allí, donde comenzó a formarse el mito y la gloria con el inesperado conjunto humilde que luchó contra la Italia rica del norte, Maradona se mantiene presente.
Por ahí se ve al Diez con el pelo rubio en las playas cubanas, momento clave en su vida para la rehabilitación de su adicción a las drogas; en otra parte del camión se lo aprecia joven, con un tapado de piel y una copa de champagne, en una imagen que supo ser la tapa de la revista El Gráfico; también se lo ve fumando un habano con su tatuaje de El Che; o simplemente sentado encima de la pelota narrando sus historias a una joven admiradora.
También cuenta con la firma del astro, algunas frases y tiene en la parrilla dibujada su silueta. “Más falso que dólar celeste”, “se le escapó la tortuga”, “tomarle la leche al gato”, “me siento más solo que Kung Fu” o “la pelota no se mancha” son algunas de las formulaciones con las que Maradona describió conductas y actitudes de ciertas personas -y con las que además pudo reflexionar sobre sí mismo en los peores momentos de su vida-, y que hoy forman parte del habla popular de los argentinos (y de los italianos).
En el último tiempo se produjeron innumerables homenajes a Pelusa en todo el mundo. La creación de murales en los estadios de fútbol, la rebautización del San Paolo por el nombre de Diego Maradona, las ofrendas que se brindaron en los lugares en donde desplegó su magia... A poco más de seis meses de su partida, el Barrilete Cósmico sigue volando en el corazón de un pueblo que nunca lo olvidará.