Un nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances midió la cantidad de radiación en la superficie de la Luna, con el fin de evaluar la posibilidad de misiones humanas largas en el satélite natural de la Tierra. Según la interpretación de los resultados, los niveles de radiación permitirían pasar hasta 6 meses en la Luna sin exceder los límites que legalmente establece la NASA. Aunque la radiación es uno de los riesgos conocidos de viajar al espacio, la legislación de la NASA prohíbe exponer a los astronautas a un riesgo de morir de cáncer mayor al 3%.
El módulo de aterrizaje robótico chino Chang’e 4 realizó estas mediciones, tras aterrizar en 2019 en el cráter Von Kármán, en el lado lejano de la Luna. El dispositivo midió las tasas de radiación por hora y, según sus datos, los investigadores determinaron que los astronautas estarían expuestos a aproximadamente 200 veces más radiación, comparado con las personas en la Tierra. El lugar donde se encuentran los dosímetros dentro de Chang’e 4 los protegen parcialmente de la radiación en niveles similares a un traje de astronauta, por lo cual los autores del estudio señalan, los resultados son aplicables a exploradores humanos.
Además, los investigadores también calcularon que cubrir las futuras bases lunares con al menos 50 centímetros de tierra lunar sería suficiente para proteger a los astronautas de la radiación. Similarmente, una cámara más profunda, protegida con 10 metros de agua, sería suficiente para proteger de las ocasionales tormentas solares, causantes de un aumento dramático en los niveles de radiación. Actualmente, los satélites de monitoreo pueden alertar de estas tormentas con treinta minutos de anticipación, entonces, se necesitaría dicha cámara al alcance de los astronautas dentro de este rango de tiempo.
Entre otras opciones que se investigan para proteger de la radiación a los astronautas en el espacio, se encuentra un hongo proveniente de Chernóbil. Según un estudio dado a conocer a finales de julio, el hongo capaz de crecer en las ruinas de los reactores de la antigua central nuclear de Chernóbil demostró su capacidad de absorber radiación en un experimento llevado a cabo en la Estación espacial internacional.
Para 2024 el programa Artemisa de la NASA planea enviar humanos de vuelta a la Luna. En su primera fase considera un costo de 24 mil millones de dólares, de los cuales $16,2 mil millones se destinarán a la producción del Sistema de aterrizaje humano inicial, es decir, los módulos de aterrizaje lunar de nueva generación para llevar a los astronautas a la superficie lunar, según una actualización de la NASA del pasado 22 de septiembre.