Por Guadalupe Romero
Según el plan Aprende en Casa de la SEP, con una hora, dividida en dos sesiones de 30 minuto, dedicada a la educación física a la semana los estudiantes mexicanos tendrán que sustituir la oportunidad coartada por la contingencia sanitaria de caminar, correr, practicar algún deporte y subir escaleras dentro de una escuela.
“El que los niños y adolescentes estén la mayor parte del tiempo tomando clases en línea o sentados frente a un televisor o su computadora, merma las actividades que le permiten ejercitarse e incrementa los límites de obesidad no solo en la población de adolescentes sino en la población infantil”, señala Juan Francisco Galán Herrera, pediatra con especialidad en infectología, maestro en ciencias del Instituto Politécnico Nacional.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) refieren que el sobrepeso y la obesidad generan la disminución anual de 5.3 por ciento en el crecimiento del producto interno bruto del país, dos puntos porcentuales más que el promedio de los países integrantes del organismo.
La enfermedad tiene ya niveles alarmantes y afecta a 73 por ciento de la población mexicana, afirmó Ángel Gurría, director general de la OCDE. Esta enfermedad se triplicó en 25 años entre la población mexicana; en 1996, solo 20 por ciento de la población presentaba obesidad y sobrepeso, y para 2019 ya afectaba a uno de cada cuatro mexicanos.
Para Arturo Flores Hernández, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Zona del IMSS, “la pandemia que se vive no ha permitido que se lleven a cabo las rutinas adecuadas para el manejo del niño con obesidad, lo que genera, en la mayor parte de los casos, que su alimentación vaya de mal a peor, aunado a la nula presencia de actividad física”.
El doctor indicó que desde mucho antes de la epidemia se alertó sobre el sedentarismo y la obesidad en la población infantil y las repercusiones que conllevan a la salud -como diabetes e hipertensión-, padecimientos que aumentan el riesgo de presentar síntomas graves de Covid-19.
Galán Herrera, del IPN, agrega que este confinamiento ha llevado a una reducción de las actividades al aire libre. “No solo los niños sino los adultos que se han quedado a trabajar en casa, han tenido una problemática en su salud mental y también influye en la capacidad de aprendizaje, pues muchos niños y adolescentes se sienten frustrados se ha dicho que es una población que aunque es susceptible de infectarse, su capacidad de presentar síntomas o complicarse para llevarlos a hospitalización es muy baja”.
“Prácticamente esta pandemia ha afectado a los adultos mayores y aquellos de edad media que tienen otras comorbilidades, sobre todo obesidad, diabetes, hipertensión o enfermedad pulmonar crónica, estos niños son los que pueden presentar baja capacidad de aprendizaje”, alerta el especialista del IPN.
Se ha documentado que aproximadamente el 33 por ciento de la población de niños mexicanos presentan obesidad y sobrepeso; es decir, sobrepeso aproximadamente el 18 por ciento, y obesidad el 15 por ciento.
Se tiene una población que llega a la adultez, entre los 30 o 40 años de edad, ya con un proceso inflamatorio crónico porque de hecho la obesidad se ha asociado a factores de inflamación crónica que predispone aún más a complicaciones de otras enfermedades, no solo de enfermedades infecciosas sino crónicas, cardiovasculares o cerebrovasculares, por ejemplo.
“La educación a distancia será un factor de riesgo entre los niños mexicanos. Las clases habituales pueden durar unas cinco horas al día, entonces imaginen estar cuatro o cinco horas en línea con una baja capacidad de hacer ejercicio, aunado a que muchos de los niños no salen.
“Tenemos que aprender con el virus, así que tenemos que mantener una salud adecuada y evitar otro tipo de enfermedades, evitar azucares y almidones, con una dieta balanceada con frutas y verduras”, argumento Galán Herrera
