De arroyo a bomba bacteriológica, en Xalapa

Durante muchos años el Papas ha sido tomado por la gente como un caño, señala biólogo que indica que a pesar de eso es rescatable

Por tener una concentración de bacterias 600 veces mayor al límite permisible, el arroyo Papas de Xalapa no solo es uno de los cuerpos de agua más contaminados de la ciudad, sino una bomba bacteriológica por las heces fecales, declaró en entrevista el biólogo Aníbal Ramírez Soto.

 

El especialista en técnicas de reforestación afirmó que este arroyo representa el estado de la mayor parte de los cuerpos de agua periurbanos y lamentó que sea considerado por la misma gente como un caño, cuando cuatro de sus siete nacimientos son rescatables.

 

En entrevista con motivo de la implementación de un programa piloto de restauración riparia del arroyo con su intersección con el río Carneros, en el noroeste de la ciudad, explicó que los cuatro nacimientos mencionados están tapados.

 

Esos nacimientos están debajo de las calles, están totalmente tapados y fueron conectados a las alcantarillas por donde va el drenaje pluvial, por lo tanto, todavía esa parte es rescatable. Esa agua de lluvia puede ser conectada después al río y otra vez encontrar cauce.

 

Otro de los nacimientos, detalló, es de agua transparente, de muy buena calidad, y está a 150 o 200 metros máximo del lugar donde el río lleva ya la concentración de bacterias permisible.

 

Con infraestructura gris es totalmente rescatable quitarle al río las aguas fecales que caen a él y llegar a tener, en el mediano plazo, un cuerpo de agua limpio, el cual podría ser usado por la gente para uso recreativo, apuntó el biólogo.

 

Con respecto al proyecto, a cargo de la Red de Viveros de Biodiversidad A.C., de la cual forma parte, reveló que consiste en la revegetación de la zona con la siembra de más de 3 mil 500 árboles de diferentes especies con raíces fortalecidas.

 

Señaló que entre otros objetivos, sobresale lograr que la vegetación ayude a retener sedimentos, regule inundaciones y brinde frutos -plátanos, cítricos y macadamia–.

 

También habrá ornamentales, todos nativos, con el fin de embellecer el paisaje.

 

Ramírez Soto aclaró que la reforestación no va a limpiar el río, pero los árboles y las especies que proponen sí tendrán un impacto positivo en la concentración de nutrientes.

 

Un punto fundamental del proyecto, indicó, es reducir de manera rápida el “efecto spray”, concentración de contaminantes que en su curso hace turbulencias y crea una brisa que es transferida a través del viento hacia la gente que vive cerca del río. “Este efecto puede ir de decenas hasta centenas de metros alrededor, contaminando el aire que respiran las personas, los alimentos y lo que se vende alrededor de las colonias. Las cortinas están planeadas precisamente para poder atenuar, o incluso mitigar, este efecto sobre la población”, expuso.

 

Adelantó que los trabajos están en la primera fase y el programa consiste en el diagnóstico y caracterización de sitios donde se revegetará. Especificó que la intervención es piloto, se van a probar todas estas técnicas, los costos, las actividades y se va a hacer un monitoreo por tres años para ver los resultados.

 

El ambientalista compartió que las acciones y consecuencias dentro del proyecto servirán a su vez como aprendizaje para otras ciudades de América Latina con desafíos similares.

 

En el proceso de restauración, cuya finalización está prevista para el próximo mes de junio, adelantó que se trabaja en cuatro componentes: diagnóstico, diseño de la intervención, implementación de la revegetación y monitoreo.

 

A través del proyecto CityAdapt de ONU Medioambiente, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, la Red actualmente considera la intervención en 11 colonias de la ciudad, entre las cuales destacan la Plan de Ayala, Veracruz, Independencia y Manantiales.

 

Para este proyecto se espera la participación activa de los habitantes en la siembra de especies en la ribera del río, andadores y espacios de recreación, por lo cual se impartirán talleres informativos con grupos de vecinos en las colonias a intervenir, mencionó el investigador.

 

Sobre qué se necesita para limpiar el río, dijo que se logrará cuando se desarrolle la infraestructura adecuada para que las descargas residuales no lleguen al río y vayan por una tubería paralela, cuyo desenlace sea en los colectores de drenaje.

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