La cuesta de enero, ese fantasma neoliberal

¿Los mexicanos somos culpables de la cuesta de enero?

El 2021 llegó cargado de aumentos en el precio de productos, una jornada de vacunación contra el coronavirus y la promesa de recuperar más de un millón de empleos, pero también regresó uno de los grandes fantasmas del neoliberalismo: la cuesta de enero.

 

¿Los mexicanos somos culpables de la cuesta de enero? Este famoso y casi tradicional episodio de la vida de cada persona está por hacerse presente, si no es que ya aterrizó en los hogares mexicanos, pero analistas financieros opinan que si bien será uno de los peores momentos del año, porque se arrastrarán las afectaciones por la pandemia, la gente pudo evitarlo a toda costa casi desde noviembre del año pasado.

 

Según el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM, el término de “la cuesta” se remonta al siglo pasado y se relaciona con una persona que está escalando o subiendo un camino, pero éste está lleno de obstáculos grandes y pequeños.

 

“No es algo que se haya originado en una época clásica o muy antigua; se puede decir que surgió en los tiempos de crisis que se vivieron en la década de los años 80 y 90, cuando la inflación se disparó y la gente apenas podía sobrevivir”, explicó César Salazar, investigador del IIE.

 

El especialista expresó que en este periodo es común ver subidas en los precios de algunos artículos de la canasta básica, como resultado de la inflación, así como también es recordado por tener gasolinazos de sorpresa.

 

A inicios de 1980, México sufrió la caída de los precios internacionales del petróleo, los cuales provocaron un desplome en las arcas del país, gracias a la fuerte dependencia de los ingresos por esta materia prima.

 

Aunado a ello, se tenía que cumplir con el pago de la deuda externa que se adquirió para paliar los efectos de la crisis, pero las elevadas tasas de interés hicieron que el país únicamente cubriera intereses y no el capital.

 

Para 1982, según el Banco de México (Banxico), el gobierno del entonces presidente José López Portillo adquirió 20 mil millones de dólares en endeudamiento externo y el saldo al cierre del año fue de casi 58 mil millones de dólares.

 

Se destruyeron empleos, las empresas quebraron y la gente apenas podía sobrevivir con un salario.

 

Para la cuesta de enero de este 2021, de acuerdo con Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF), se estima que la pobreza laboral se incrementará 60 por ciento como resultado de la pandemia de coronavirus.

 

Además, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) consideró que la actualización inflacionaria al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en gasolinas, bebidas azucaradas y cigarros marca el arranque de la escalada de precios a productos de la canasta básica, lo que anticipa una cuesta de enero compleja.

 

Incluso, dijo que los efectos de la cuesta estarán presentes hasta marzo de 2021, aun cuando ya comenzó la jornada de vacunación, lo que también permite anticipar que los negocios o pequeños comercios tendrán una temporada débil en ventas si la emergencia sanitaria no se controla en su totalidad.

 

Entre noviembre y diciembre, la gente recibe el pago de su aguinaldo y caja de ahorro, entre otras prestaciones o beneficios acumulados en el año, que son utilizados, en su mayoría, para salir de deudas o entrar a ellas derivado de la época navideña.

 

“El problema que no debería de ocurrir en diciembre es gastar de más, porque en enero se tienen que hacer pagos de predial, luz o agua y la gente ya no tiene suficiente dinero”, comentó Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera de Citibanamex.

 

Los expertos coinciden en que los regalos, las cenas, salidas familiares o vacaciones no son malas, siempre y cuando se sepa administrar el dinero y se cuente con un guardadito para comenzar enero libre de deudas.

 

Los gastos de enero comienzan con el pago del predial, un impuesto que al ser cubierto de manera anual puede generar beneficios fiscales o descuentos para la población en general.

 

En años anteriores, los gobiernos locales decidieron descontar hasta 50 por ciento del pago del predial si se paga en una sola exhibición. Para esta ocasión, en la Ciudad de México se otorgará un descuento de 10 por ciento si este impuesto es cubierto en el primer mes de 2021.

 

Durante este lapso también llega el aumento en el precio de algunos bienes y servicios, como los gasolinazos; la magia de los Reyes Magos, la rosca de reyes y un sinfín de compromisos tamaleros por pagar durante febrero.

 

Así, en el mes del amor y la amistad, además de algún detalle para esa persona especial, se tienen que pagar colegiaturas o materiales escolares para la preparatoria o universidad, según sea el caso del ciclo escolar.

 

Ya en la recta final del primer trimestre, los mexicanos tienen que desembolsar para pagar la tenencia vehicular, al igual que preparar su declaración anual ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

 

“La duración de la cuesta de enero es diferente para cada persona. Todo depende de qué tan bien estén preparadas para enfrentar sus gastos o incluso si no tienen que hacer gastos”, añadió el directivo de Citibanamex.

 

Adicional a los egresos ya mencionados, ahora las personas tendrán que cubrir el costo de suscripciones de Netflix, Spotify, Disney+ u otros servicios de entretenimiento que fueron adquiridos para librarse del aburrimiento en los meses de confinamiento.

 

“Los gastos hormigas como el café, cigarros o refrescos, se transformaron en servicios digitales que ahora tienen que ser cubiertos día a día, muchos de ellos que ni siquiera son aprovechados al máximo”, expresó Elvira Méndez, académica de La Universidad La Salle.

 

A este tipo de gastos también se le suman las compras en línea, por Mercado Libre, Amazon o Facebook, al igual que los servicios de comida a domicilio.

 

Elvira Méndez aseguró que para sortear este tipo de gastos durante la cuesta de enero, es necesario que cada individuo realice un presupuesto desde diciembre, es decir, antes de “despilfarrar” todas las ganancias.

 

El primer paso es tener claro cuánto se percibe mensualmente y hacer una relación de las compras que se realizan durante este lapso. Según la experta, se deben priorizar las necesidades por encima de los deseos.

 

Después será necesario saldar las deudas pendientes y crear un fondo de ahorro o emergencia que pueda ser utilizado en cualquier época del año para enfrentar algún infortunio. Lo ideal es que este guardadito tenga aportaciones periódicas o quincenales.

 

“A partir del presupuesto, las personas pueden ver gastos hormiga y eliminarlos. Se trata de que las personas aprendan a ahorrar y cuenten con un colchón para enfrentar la crisis”, abundó la académica.

 

En cuanto al uso de créditos bancarios, Juan Luis Ordaz resaltó que estos deberán de tomarse en función de la capacidad de gasto de cada persona. Para ello, también tendrán que considerar la tasa de interés y el tiempo dispuesto para pagar el financiamiento.

 

Es cierto que el panorama para 2021 pinta un poco mejor que el año pasado, pero cada gente puede tomar pequeñas decisiones para contribuir a su bienestar financiero y tener un ahorro en el mediano o largo plazo, agregó César Salazar.

 

“No sólo es un tema de ingresos o de educación financiera, se trata de hacer conscientes a las personas de que los gastos excesivos pueden derrumbar su patrimonio”, concretó.

 

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