Alemania decretó un confinamiento parcial a partir del próximo miércoles y hasta el 10 de enero, con el cierre de comercios "no esenciales", escuelas y jardines de niños.
La canciller alemana, Angela Merkel, constató los "muy numerosos fallecimientos" debidos a la epidemia del COVID-19, y el "crecimiento exponencial" de las infecciones.
"Estamos obligados a actuar, y actuamos ahora", expresó.
Con este confinamiento parcial, las empresas deberán permitir a sus empleados trabajar desde sus casas o facilitar las vacaciones durante estas próximas tres semanas y media "para aplicar en todo el país el principio de 'nos quedamos en casa'".
Estas medidas fueron adoptadas por Merkel tras una reunión durante el fin de semana con los 16 líderes regionales de los estados federados.
La pandemia "está fuera de control", advirtió el dirigente de Baviera, Markus Söder, en una rueda de prensa junto a la canciller y al ministro de Finanzas, Olaf Scholz.
Es "una catástrofe que afecta más a nuestras vidas que cualquier otra crisis en los últimos 50 años", añadió.