La artillería israelí atacó el norte de Gaza en la madrugada del viernes en un intento por destruir una vasta red de túneles empleados por insurgentes palestinos dentro del territorio, dijo el ejército, acercando las líneas del frente a áreas civiles con una densa población y allanando el camino a una posible invasión terrestre.
Israel ha acumulado soldados a lo largo de la frontera y llamó a filas a 9,000 reservistas tras días de combates con Hamas, el grupo insurgente islámico que controla la Franja de Gaza. Insurgentes palestinos han disparado unos 1,800 proyectiles e Israel lanzó más de 600 ataques aéreos que derribaron al menos tres bloques de apartamentos.
La escalada en el enfrentamiento coincidió con la cuarta noche consecutiva de violencia comunitaria en todo el país, con choques entre turbas judías y árabes en la localidad de Lod, un punto conflictivo. Los incidentes se produjeron a pesar del incremento de la presencia policial ordenada por el gobierno.
Masas de llamas rojas iluminaron el cielo mientras las ensordecedoras explosiones a las afueras de la Ciudad de Gaza despertaban a residentes.
En el norte de la Franja, Rafat Tanani, su esposa embarazada y sus cuatro hijos murieron cuando un avión de combate israelí redujo a escombros el inmueble donde estaban. Sadallah Tanani, un pariente, dijo que la familia fue “eliminada del registro de población” sin previo aviso. “Esto fue una masacre. Mis sentimientos son indescriptibles”, añadió.
Los tanques israelíes estacionados cerca de la frontera dispararon 50 rondas, explicó el portavoz del ejército, el teniente coronel Jonathan Conricus. Esto formaba parte de una operación más amplia que incluyó ataques aéreos y busca destruir los túneles subterráneos que usan los insurgentes en la ciudad para esquivar la vigilancia y los ataques de Israel, a los que el ejército se refiere como “el metro”.
"Como siempre, el objetivo es atacar objetivos militares y minimizar los daños colaterales y las víctimas civiles", agregó Conricus. "A diferencia de nuestros muy elaborados esfuerzos por despejar zonas civiles antes de atacar grandes edificios en Gaza, eso no fue posible esta vez".
La ofensiva se produjo luego de que mediadores egipcios viajaron a Israel para conversaciones sobre un alto el fuego que no dieron indicios de avanzar. Saleh Aruri, un destacado líder de Hamas exiliado, dijo a la televisora por satélite Al Araby, con sede en Londres, que su grupo rechazó una propuesta para una pausa de tres horas. Egipto, Qatar y Naciones Unidas encabezan los esfuerzos para alcanzar una tregua, añadió.
El conflicto estalló el lunes por la noche cuando Hamas lanzó un misil de largo alcance hacia Jerusalén en respaldo a las protestas palestinas allí contra la vigilancia policial en un lugar sagrado y los esfuerzos de los colonos judíos para desalojar a decenas de familias de sus casas en el este de la ciudad.
Desde entonces, Israel ha atacado cientos de blancos en la Franja, causando gran cantidad de explosiones que han sacudido el territorio densamente poblado. Los milicianos de Gaza han disparado 1,800 misiles hacia Israel, incluyendo más de 400 que no llegaron a cruzar la frontera. Los proyectiles han paralizado la vida en el sur del país y varias descargas estaban dirigidas a la metrópolis costera de Tel Aviv.
El Ministerio de Salud de Gaza elevó el viernes la cifra de fallecidos a 119 personas, incluyendo 31 niños y 19 mujeres, con 830 heridos. Los grupos extremistas Hamas y Yihad Islámica confirmaron 20 decesos en sus filas, aunque Israel dice que esa cifra es mucho mayor. Siete personas han fallecido en Israel, entre ellas un niño de 6 años.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió seguir adelante con la operación. En un mensaje en video dijo que su país “cobrará un precio muy alto a Hamas”.