Estados Unidos se prepara para reabrir el lunes sus fronteras terrestres y aéreas a los viajeros vacunados contra el COVID-19, poniendo fin a 20 meses de restricciones particularmente duras criticadas por Europa o por los vecinos México y Canadá.
Familias separadas, relaciones comerciales interrumpidas, ambiciones profesionales frustradas: la “prohibición de viajar” impuesta por el entonces presidente Donald Trump a principios de 2020, luego confirmada por su sucesor Joe Biden, se ha convertido en emblemática de los trastornos provocados por la pandemia.
También a lo largo de la inmensa frontera mexicana, numerosas ciudades estadounidenses, en Texas o en California, han sufrido un fuerte impacto económico y están esperando ansiosamente el regreso a la normalidad.
La entrada no será completamente libre y las autoridades estadounidenses pretenden seguir de cerca el estado de vacunación de los viajeros, al tiempo que continuarán exigiendo pruebas negativas de COVID.
Para los viajeros que lleguen por vía aérea, Estados Unidos solicitará a partir del lunes, además del certificado de vacunación y una prueba negativa dentro de los tres días previos a la salida, el establecimiento por parte de las aerolíneas de un sistema de seguimiento de contactos.
Para la ruta terrestre, las restricciones se levantarán en dos etapas.
A partir del lunes, las personas que lleguen al país por motivos considerados no imprescindibles, por ejemplo familiares o turísticos, podrán cruzar la frontera de Canadá o México siempre que estén vacunadas.
Aquellas que lo hagan por razones imperiosas, por ejemplo los conductores de camiones, estarán exentas de ese requisito.
Pero a partir de enero la obligación de vacunación se aplicará a todos los visitantes que crucen las fronteras terrestres, independientemente del motivo de su viaje.
Las autoridades sanitarias estadounidenses también han indicado que se aceptarían todas las vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por el momento, según el procedimiento de emergencia establecido por la OMS, se trata de las vacunas AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna, Pfizer/BioNTech, la india Covaxin, y las chinas Sinopharm y Sinovac.