El Departamento de Justicia de Estados Unidos y 11 estados presentaron ayer una histórica demanda contra el gigante de internet Google por las presuntas prácticas monopolísticas de su buscador, en el que se realizan el 80 por ciento de las búsquedas en computadoras y el 90 por ciento en móviles.
La querella fue anunciada tras un año de investigaciones y acusa a la empresa que dirige Sundar Pichai de haberse servido de actuaciones ilegales para ocupar una situación de dominio en el mercado y prevenir el acceso de sus competidores (como Yahoo, Bing y DuckDuckGo) a los principales canales de distribución.
El fiscal adjunto del Departamento de Justicia, Jeffrey Rosen, explicó en rueda de prensa telefónica que la demanda subraya que Google sustenta su papel de “principal guardián de acceso” a Internet a través de “una red ilegal de acuerdos exclusivos que daña a los competidores”.
Entre ellos citó el pago de miles de millones de dólares a Apple para situar el motor de búsqueda de Google como el básico en sus teléfonos iPhones, y la prohibición de integrar motores de competidores mediante contratos especiales. Con estas prácticas, agregó Rosen, la compañía “ha ahogado la innovación y la creación de nuevos Google”.
El gigante tecnológico, subsidaria de Alphabet y con sede en Mountain View (California), controla cerca del 80 por ciento de las búsquedas en ordenadores en EU, el 90 por ciento en móviles y tabletas, y es, junto a Facebook, el principal dominador del mercado publicitario en Internet.
La batalla legal podría prolongarse durante años, dado el gran músculo financiero de la compañía, fundada en 1998 en Silicon Valley y que es una de las tecnológicas de referencia que han creado el mercado digital global.
Por su parte, Google aseguró que la demanda contiene “muchos defectos” y se basa en “argumentos antimonopolio dudosos” en relación a su estrategia comercial para dar al buscador un lugar preeminente en teléfonos, ordenadores y otros dispositivos.
“La gente usa Google porque así lo eligen, no porque se les fuerce a ello o porque no puedan encontrar alternativas”, indicó en una entrada en el blog oficial de la compañía el vicepresidente de la empresa para asuntos globales y jefe del departamento legal, Kent Walker.
“Esta querella no hará nada para ayudar a los consumidores. Al contrario, promoverá de forma artificial buscadores alternativos de menor calidad, incrementará el precio de los teléfonos y hará más complicado a la gente usar los servicios de búsqueda que desean”, añadió.
Desde la empresa también sostuvieron que la querella erra al identificar a los competidores de Google únicamente como los otros buscadores de internet, puesto que el acceso a internet se lleva a cabo mediante plataformas de todo tipo como Twitter, Kayak, Expedia, OperTable, Instagram, Pinterest o Amazon, que, a su juicio, también deberían ser considerados competidores.