Viajes diplomáticos, refuerzos en las fronteras y detenciones. Francia está intensificando las iniciativas para mantener alejados de su territorio a los migrantes indocumentados que considera radicalizados y para tratar de contrarrestar la amenaza terrorista.
Los tres ataques perpetrados en Francia en un mes -entre finales de septiembre y finales de octubre-, frente a las antiguas oficinas de la revista Charlie Hebdo, el asesinato de un profesor por haber mostrado caricaturas del profeta Mahoma en clase y el ataque con cuchillo en una iglesia en Niza (sureste), han empujado al gobierno a intensificar las medidas en todos los frentes.
El jueves, el presidente Emmanuel Macron anunció que duplicará los dispositivos de las fuerzas de seguridad desplegados en las fronteras para hacer frente a la inmigración ilegal y las redes de traficantes "que están cada vez más vinculadas a las redes terroristas".
Y este viernes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, inició una gira internacional sobre el tema de la "lucha contra el terrorismo y la inmigración clandestina".
Su periplo comenzó el viernes por la mañana en Roma, donde discutirá con su homólogo italiano sobre la reforma del sistema europeo de asilo e inmigración, entre otros. Posteriormente viajará a Túnez, Malta y Argelia.
El objetivo es "reactivar" las expulsiones hacia esos países, dijo a la AFP la oficina del ministro. Éstas se encuentran suspendidas por la crisis de Covid-19, que obligó a cerrar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE).
Aunque se abordará el tema de la inmigración, en general, "se dará prioridad al tema de los individuos que representan una amenaza al orden público", confirmaron las mismas fuentes.
Darmanin presentó recientemente una lista de 231 extranjeros en situación irregular fichados por radicalización, a los que quiere expulsar de Francia.
En esta lista, el 70 por ciento son del Magreb y de Rusia. El ministro del Interior tiene también previsto visitar "en los próximos días" este país.
De estas 231 personas, 26 ya fueron expulsadas, indicó a la AFP el ministerio del Interior, y "más de un centenar" están en centros de detención administrativa, donde se encuentran detenidos los extranjeros en situación irregular a la espera de ser expulsados.
Aunque actualmente es difícil llevar a cabo estas expulsiones, Darmanin ha pedido a las autoridades encargadas que todas las personas de la lista sean encerrados en estos centros.