En Estados Unidos se puso a la venta la primera prueba sanguínea para ayudar a diagnosticar alzhéimer, lo que representa un gigantesco paso en el campo que podría hacer mucho más fácil que la gente se entere si padece demencia.
Sin embargo, también ha levantado preocupación sobre su precisión y el impacto de conocer una noticia tan impactante.
Por lo anterior, expertos independientes se muestran escépticos porque que los resultados clave de la prueba no han sido publicados y que la prueba en sí, no ha recibido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés).
Hasta el día de hoy, la mejor manera de medir la presencia de la proteína es una costosa tomografía por emisión de positrones que los seguros médicos generalmente no cubren, por lo que la mayoría de la población no se lo practica y termina preguntándose si sus problemas se deben al envejecimiento normal, al alzhéimer o cualquier otro padecimiento.