California, el primer estado de Estados Unidos que impuso un confinamiento colectivo debido al coronavirus, ahora está dando vuelta a la página de la pandemia.
Desde la medianoche, California levantó la mayoría de las restricciones impuestas para frenar la propagación de la enfermedad y permitió la reapertura de negocios.
Y los cubrebocas -ese polémico símbolo de la pandemia- ya no serán necesarios para las personas vacunadas en la mayoría de los lugares, aunque negocios y condados sí pueden exigirlas.
Justo a tiempo para el comienzo del verano, California quiere transmitir el mensaje de que la vida en el estado se acerca a la normalidad.
La economía reabrirá completamente por primera vez en 15 meses y la gente básicamente podrá volver a su estilo de vida previo a la pandemia.
Los aficionados podrán gritar a gusto en los estadios deportivos, Disneyland permitirá el ingreso de todos los turistas, y los bares y clubes nocturnos podrán volver a estar llenos de juerguistas, desde Los Ángeles hasta San Francisco.
Para celebrar la reapertura, Newsom hará millonarios a unos pocos habitantes del estado.
En un evento televisado, el gobernador sacará los nombres de 10 residentes que hayan recibido por lo menos una de las dosis de la vacuna, que se ganarán 1.5 millones de dólares.
Es parte de una lotería nacional donde participan todos los que se hayan vacunado y para la que se ha destinado 116 millones de dólares.
Las autoridades están particularmente ansiosas de atraer de nuevo a los turistas.