Es difícil encontrar a alguien que no considere la pandemia de covid-19 la peor crisis mundial desde la desastrosa Segunda Guerra Mundial.
Mientras algunos países sufren las peores consecuencias (China, España, Italia y Estados Unidos), otros han puesto en marcha estrategias que han logrado frenar la expansión del nuevo coronavirus.
Las estrategias son variadas: van desde la masificación de las pruebas del virus al aislamiento social extremo, las cuarentenas localizadas e incluso el monitoreo de la población más vulnerable.
El ejemplo por excelencia es Nueva Zelanda, que el martes reportó sus primeros casos comunitarios tras 102 días sin contagios. Muy lejos de ahí, en África del este, Ruanda ha hecho un trabajo que ha sido también reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus , elogió el lunes "el progreso de Ruanda" debido, según dijo, "a una combinación de liderazgo fuerte, cobertura sanitaria universal, trabajadores de la salud bien apoyados y comunicaciones claras en materia de salud pública".
La OMS no ha sido el único en reconocer el buen trabajo de este país africano. La Unión Europea incluye a Ruanda en la lista de países a los que se recomienda a los Estados miembros abrir sus fronteras exteriores.
Desde el 14 marzo, cuando se detectó el primer caso, Ruanda ha reportado 2171 contagios y solo 7 muertes.
"Para un país con recursos limitados que enfrenta una posible epidemia en ese momento, Ruanda rápidamente se dio cuenta de que solo podía confiar en un enfoque multisectorial y coordinado adecuadamente", señaló la OMS en su sitio web.
El país, de poco más de 12 millones de habitantes, ha realizado más de 280,000 tests, lo que lo sitúa entre los exitosos casos en la lucha contra el COVID-19 en África.