Cuando un líder muere en la reserva indígena de Xingu, sus comunidades se reúnen para un ritual funerario llamado kuarup. Los asistentes se pintan el cuerpo y se colocan plumas para sumarse a danzas, combates y comidas ceremoniales.
El fallecimiento del jefe Aritana por covid-19 en agosto conmocionó a los xingu.
Nuestro principal desafío es unirnos nuevamente para salvar nuestras tierras”, dijo Tapi a un fotógrafo de Reuters, el único medio con acceso a esa ceremonia. Le expresó el rechazo al avance de la industria agrícola y la amenaza que significa para esa comunidad.
El pescado es tan vital para la existencia del pueblo de Xingu que los chamanes arrojan humo de yerbas en un rito religioso para proteger a los pescadores de los caimanes. Luego, las tribus comen el pescado cocinado en fogata.
El líder fue una de las 12 personas de la comunidad que murieron por covid. Todos los adultos de la comunidad ahora ya están vacunados.
Las mujeres lloraron durante días mientras lamentaban la muerte de Aritana y de otros tres ancianos tribales. Los hombres desfilaron por la plaza de tierra del pueblo tocando largas trompetas de bambú.
La pintura facial de un niño recordaba a la némesis de Batman, el Joker, y un mensaje político estaba escrito en su pecho: “Fuera Bolsonaro”.