Casas prefabricadas instala ACNUR en norte y sur de México

 Casas prefabricadas instala ACNUR en norte y sur de México

La Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) organiza 48 casas prefabricadas, similares a las que se utilizadan en campamentos de refugiados en varias partes del mundo, para atender a migrantes y solicitantes de asilo que están varados tanto en la frontera norte de México como al sur del país, informó la agencia el lunes.

 

Muchos migrantes, sobre todo centroamericanos, quedaron estancados en México durante el coronavirus.
Luego de las duras condiciones en las que vivían se unió el COVID19 y ahora la temporada de tormentas y huracanes.

 

Motivo por el cual, ACNUR está instalando unidades metálicas que pueden servir como viviendas básicas o como módulos para la atención médica, mencionó en un comunicado.

 

Estas casas cuentan con paneles para hacer dormitorios, una puerta con llave y una lámpara LED que habilita más de seis horas de luz y son instalaciones que han sido utilizadas “en campamentos de refugiados en distintas partes del mundo, donde existe la necesidad urgente de proporcionar alojamiento seguro y duradero a familias refugiadas a fin de protegerse del clima cambiante y de la mala salud”.

 

Debido a la contingencia COVID, ACNUR detectó diferentes necesidades en México “no solo para alojar a las personas refugiadas y solicitantes de asilo, pues muchos albergues cerraron sus puertas a nuevos ingresos, sino también para los hospitales, clínicas y centros de salud que atienden a pacientes con coronavirus”.

 

Parte de los migrantes que están en México se encuentran a la espera de que sus solicitudes de asilo en Estados Unidos sean atendidas, otros han sido recién devueltos por ese país que endureció su política migratoria durante la emergencia sanitaria y algunos más aspiran a volver a sus lugares de origen por la epidemia, pero se toparon con las fronteras cerradas.

 

Todos en general viven en condiciones vulnerables.

 

Un ejemplo es el terreno que acoge migrantes en Caborca, en el norteño estado de Sonora, regido por la ONG Pueblo sin Fronteras.

 

El albergue, que apenas tiene un par de habitaciones de construcción y el resto está compuesto de tiendas de campaña a veces hechas con plásticos y lonas mencionó la semana pasada de su primera muerte por coronavirus.

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