Central eléctrica de Tula violó ley ambiental por 4 años

Central eléctrica de Tula violó ley ambiental por 4 años

Por David Alire Garcia, Reuters

 

Una de las mayores plantas de electricidad de México violó por al menos cuatro años una medida de seguridad para evitar emisiones de contaminantes mortales, según documentos vistos por Reuters.

 

La planta termoeléctrica de Tula, en Hidalgo, violó el límite legal de azufre en el combustóleo que quemó entre 2016 y 2019, según documentos internos de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), propietaria y operadora de la planta.

 

El contenido de azufre durante cada uno de esos cuatro años -detallado en informes anuales de operaciones de la planta- fue de al menos 3.9%, casi el doble del límite de 2% fijado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para seis corredores industriales, incluida la zona Tula.

 

Mientras ambientalistas han creído por mucho tiempo que la planta estaba rompiendo las reglas de contenido de azufre, los informes de la CFE sobre las operaciones de la planta, vistos por Reuters, detallan las violaciones. Los informes no son públicos.

 

Reuters no pudo determinar si la planta ha continuado usando combustóleo con exceso de azufre este año.

Además de los altos niveles de azufre, los documentos de la CFE muestran otra violación: las emisiones de dióxido de azufre, un contaminante atmosférico nocivo, no están siendo registradas por la planta a pesar de que así lo exige la ley.

 

La CFE no respondió a reiteradas solicitudes de comentarios. La CRE, que debe hacer cumplir los límites de azufre, tampoco respondió a preguntas.

 

La Ley establece multas de entre 82 mil y 820 mil dólares por incumplimiento de los límites de contaminantes en los combustibles, incluido el contenido máximo de azufre.

 

Cuando se quema combustóleo con alto contenido de azufre sin filtros que capturen los contaminantes, se liberan en el aire cantidades masivas de partículas y gases que, según algunos estudios científicos, pueden provocar una muerte prematura y que más personas desarrollen enfermedades respiratorias como bronquitis crónica, así como algunos tipos de cáncer.

 

"No deben tener apenas controles en sus chimeneas", dijo Jonathan Dorn, experto en emisiones de la consultora estadunidense Abt Associates, que trabaja en estrecha colaboración con la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos en la supervisión de las centrales eléctricas estadunidenses.

 

Dorn describió los niveles de emisiones de la planta de Tula de 2019 como "una locura". Las cinco chimeneas de la planta arrojan un flujo constante de humo gris púrpura a todas horas, fácilmente visible desde su valla perimetral. Un olor acre llena el aire, causando una leve irritación de la garganta. Al lado está la segunda refinería más grande de la estatal Pemex, donde se produce combustóleo.

 

Algunos ecologistas y académicos han vinculado las emisiones de la planta de Tula con la mala calidad crónica del aire en Ciudad de México.

 

Los altos niveles de azufre en el petróleo quemado para la generación de electricidad crean tres contaminantes atmosféricos especialmente peligrosos: dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas menores de 2.5 micrones (PM2.5).

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