La cifra real de muertos por Covid-19 en México es superior a las 300 mil personas y no los 127 mil que reporta oficialmente la Secretaría de Salud ya que en esa estadística no aparecen los casos sospechosos que son más que los confirmados, ni tampoco miles de personas que aparecen como causa embolias, infartos e incluso otras enfermedades como cáncer, pero que el virus fue lo que desencadenó esos decesos.
Lo anterior lo aseveró el doctor e investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM y del Colegio de México, Héctor González Bringas quien expuso que la llegada de las vacunas a cuentagotas a México no significa el fin de la pandemia a corto o mediano plazo, ya que disponer de ellas y vacunando a 300 personas por minuto durante 365 días se lograría vacunar a 100 millones de mexicanos.
En entrevista con ContraRéplica dijo que, si bien las autoridades han reconocido el exceso de muertes, “pero no dicen bien a bien cuántas de estas se refieren al Covid-19, cuántas son a otro tipo de padecimientos”.
“Si tú vez la base de defunciones a nivel nacional observas el número de muertes atribuibles al Covid que habría que sumarle una cantidad de multiplicar por 2.5, si consideras además a aquellos que a los que se atribuyó otra causa de muerte de la lista de causas presentes en la que estaba el Covid. Me refiero a los casos sospechosos”.
El especialista en demografía subrayó que los casos sospechosos en México son más que los confirmados. La cifra real de muertos por Covid-19 en México es resultado de multiplicar por 2.5; es decir, los actuales números, más 300 mil fallecidos si se toma en cuenta la cifra oficial que ahora es de alrededor de 127 mil.
“Hay otros que se están muriendo, según las actas de defunción, de infarto, de un cáncer, de una embolia, pero que también estaba presente el Covid y eso no aparece en el acta de defunción”, apuntó.
Sumado a que en zonas indígenas, rurales, en los municipios más pobres, más apartados, ni siquiera se hacen pruebas de Covid y por ende cuando mueren no se sabe o no se establece en el acta de defunción que fue por coronavirus.
Puso como ejemplo que en la Ciudad de México aplica 20 veces más pruebas por habitante que Chiapas. “No hay servicios de salud, por lo que, si te enfermas, seguro te mueres. La tasa de letalidad en zonas indígenas es de 20 o 25 de cada 100. A nivel nacional es de 10 por ciento”.
El también doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México dijo que de acuerdo con sus proyecciones para la primavera de 2021; es decir, marzo, habría 40 mil muertes adicionales a las actuales 127 mil; es decir, una 167 mil.
“El problema se ve más grave de lo que era en mayo o junio ya que estamos viendo en varias entidades, destacadamente Ciudad de México, Estado de México y Baja California, la saturación de hospitales, pero no hemos llegado al problema más crítico, que llegará sin duda en enero y febrero, que será la consecuencia de toda esta temporada de fiestas de fin de año, la temporada invernal de influenza. Los impactos más fuertes de ello serán en este enero”, apuntó.
“Para finales del año 2021, con el esquema de vacunación tan lento, estimó que habrá entre 80 mil y 100 mil muertes más. El escenario es poco promisorio y muy desalentador, a pesar de la existencia de la vacuna”.
Hernández Bringas dijo que en México la “pandemia va para largo y mientras el tema de la vacuna, que se ha promocionado tanto mediáticamente, la realidad es que la vacuna va tardar. Primero van a llegar en lotes pequeños, como ha ocurrido, de 3 mil, de 40 mil, 3 millones”.
El ritmo de la llegada es un problema porque en cuánto tiempo tardaremos en completar 100 o 150 millones de vacunas, es impreciso y difícil de saber. Como ya lo vimos en el primer lote, también dependemos de que las farmacéuticas cumplan con sus compromisos.
“Al margen de ello, el otro problema es la aplicación de vacunas. Yo hice un estimado que para poder aplicar 90 o 100 millones de vacunas, se tendrían que aplicar 300 vacunas por minuto durante las 24 horas de los 365 días del año 2021. Esto nos da una idea de la complejidad del proceso de vacunación.
Lamentó que en México se apostó más por la economía que por las vidas al retrasar el regreso al semáforo rojo. El dilema es difícil, porque por un lado está la preservación de empleos de mucha gente que depende de su trabajo cotidiano y por otro el riesgo de contagiarse y morir por Covid-19.
“Yo creo que si tiene solución este equilibrio y en la Ciudad de México se está intentando. Es posible cerrar algunos sectores no prioritarios de la economía o no esenciales, si se dan los apoyos necesarios.