Por Guadalupe Romero
El presidente Andrés Manuel López Obrador, rumbo a su segundo informe de Gobierno, cita que se está “a favor de los hombres de negocio y de las ganancias razonables; estamos en contra de la corrupción, que se entienda bien”. Y los analistas del sector privado aseguran: “es imprescindible que el Gobierno adopte una posición más abierta a la inversión en todos los sectores y un discurso conciliatorio”.
En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), afirma que en vísperas de la presentación de los Criterios Generales de Política Económica y el Presupuesto de Egresos para 2021, se observa un menor crecimiento la capacidad recaudatoria del gobierno federal.
“Abstrayéndose de la asignación del gasto público y su pertinencia, es probable que las finanzas públicas se mantengan estables en 2021. A pesar de la inminente caída de los ingresos corrientes, hay formas mediante las que se puede evitar un desequilibrio excesivo o preocupante de las cuentas fiscales. Por ejemplo, está el remanente de operación del Banco de México del 2020 y lo que pueda quedar después de su uso en este año, del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestales, y de los recursos de fideicomisos que se extingan.
Además, sugiere el Ceesp se puede recurrir a un déficit prudente, lo que posiblemente no sería preocupante para las calificadoras de crédito y para los mercados financieros. “Aunque para esto último quizá se requiera que el programa económico sea coherente y asegure una recuperación tan eficiente como sea posible en estas circunstancias, además de un plan o una intención explícita al menos para que la deuda pública, ya aumentada, sea sostenible en el tiempo”.
Al cierre de semana, durante la reunión plenaria de los diputados de Morena, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, advirtió que el país puede estar por vivir “la crisis más fuerte desde 1932… es casi el peor momento económico para el país en el último siglo”. En este 2020 la crisis por la pandemia Covid-19 tuvo tres amortiguadores: las coberturas en el precio del petróleo, los Fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, y los “guardaditos” que tenía el Gobierno Federal.
En este marco, según los datos de las Finanzas Publicas al cierre de julio, publicadas por la Secretaría de Hacienda, los ingresos presupuestarios del sector público disminuyeron, afectados por menores recursos petroleros y recaudación de impuestos, especialmente del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El ingreso presupuestario resultó en un retroceso de 10.7 por ciento real con respecto al mismo mes de 2019; en el lapso enero-julio, presentaron una caída anual de 4.7 por ciento.
Al interior, los ingresos tributarios cayeron 6.7 por ciento en julio de 2020 en comparación con igual mes del año pasdo, y entre enero y julio acumulan un descenso de 0.8 por ciento, contra igual lapso de 2019.
El Impuesto Sobre la Renta (ISR) aumentó 0.8 por ciento en el séptimo mes del año en relación a julio de 2019; el IVA registró un desplome de 19.5 por ciento; el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios de 0.7 por ciento, y los impuestos a la importación disminuyeron 13.7 por ciento.
Entre enero y julio, la recaudación del ISR aumentó 1.2 por ciento en relación con igual periodo de 2019; la recaudación por IVA disminuyó 3.7 por ciento; la del IEPS fue menor 3.5 por ciento y los impuestos a la importación registraron un retroceso de 16.1 por ciento.
Las finanzas públicas registraron un mayor décit, de 121 mil 394 millones de pesos, en comparación con el saldo negativo que se presentó en el mismo mes del año pasado, de 33 mil 152 millones de pesos. Como resultado el superávit primario de 215 mil 757 millones de pesos en el balance público de los primeros siete meses de 2019 se convirtió en un décit acumulado de 9 mil 845 millones de pesos en el mismo lapso de este año.
La dependencia afirmó que “los ingresos tributarios se mantuvieron prácticamente constantes en términos reales", mientras que la deuda pública "presenta una reducción respecto al mes previo". "Los resultados presentados en este informe continúan reflejando un manejo prudente de las finanzas públicas”.
A detalle, entre enero y julio los ingresos petroleros se ubicaron en 302 mil millones de pesos, con una caída de 39.2 por ciento en relación al mismo periodo de 2019. Los ingresos petroleros cayeron a pesar de "un aumento ligero en la producción de crudo, por el efecto de la caída en la demanda de hidrocarburos y combustibles a nivel nacional y global por el confinamiento", explicó Hacienda.
Los ingresos petroleros aportados por el Gobierno federal sumaron 128 mil millones de pesos en los siete meses, una caída de 59 por ciento con respecto al mismo periodo de 2019. Los ingresos petroleros aportados por Pemex resultaron en 173 mil millones de pesos entre enero y julio, 20.4 por ciento menos que en el mismo periodo del año pasado.