En puertos como el de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, la Marina ha detectado que el trasiego de drogas no solo se da en grandes contenedores sino que de formas más sutiles, bajo el agua, en la parte inferior de los cascos de los buques.
“Me identifico como el buzo “Tiburon Beta”, pertenezco a los buzos de la Décimo Zona Naval. En el trayecto empezamos a equiparnos”, dijo Tiburón Beta.
“Tiburón Beta”, como pide que lo llamen por seguridad, forma parte del equipo de buzos de la Secretaría de Marina en Lázaro Cárdenas, Michoacán, encargados de supervisar que no haya cargamentos de droga sumergidos en los cascos de los buques.
Cada que llega una embarcación sospechosa, marinos de la sección de Información y Análisis de Riesgo de la Unidad de Protección Portuaria estudian las rutas de los buques. Si identifican anomalías alertan a los buzos para que emprendan una inmersión.
“Vamos a entrar en la zona de riesgo, ya que aquí es una área de cocodrilos. Vamos a emerger, y vamos a revisar que no haya ningún objeto o material extraño al buque”, detalló Tiburón Beta, buzo de la Marina.
Mientras los buzos verifican en la parte sumergible de los barcos, otro grupo de marinos vigila en otra embarcación que nadie se aproxime a la zona.
“Vamos checando espacio por espacio del buque. Tenemos poca visibilidad, andamos con el equipo de lámparas pero no es suficiente y siempre hay que mantener la calma”, explico Tiburón Beta, buzo de la Marina.
El pasado 11 de octubre, se encontró un cargamento de 37.6 kilogramos de cocaína envuelta en 28 paquetes dentro de una mochila oculta en el casco de un buque procedente de Buenaventura, Colombia.
“Logramos apreciar que la rejilla se encontraba abierta, que era algo inusual. Se logró ver que se encontraba la maleta amarrada a una parte de la regilla”, dijo Tiburón Beta, buzo de la Marina.
A este modus operandi, de traficar droga sumergida en los casos de las embarcaciones, se le conoce como “arrastre”. Una actividad identificada en Perú y Colombia donde incluso los traficantes han soldado cadenas para remolcar los cargamentos bajo el agua.
“Las personas que se dedican a este tipo de acciones, la única limitante es la imaginación”, expuso Rubén Navarrete, capitán de la Secretaría de Marina.
En lo que va del año, la Marina en Lázaro Cárdenas, ha asegurado cuatro cargamentos de droga: tres en la zona de los contenedores, y uno, el del 11 de octubre, en la parte sumergible de los navíos.
“La inteligencia, como en toda operación, es de vital, de vital importancia. La importancia del grupo de buzos es vital”, señaló Rubén Navarrete, capitán de la Secretaría de Marina.
“Para mi es un honor, un orgullo, una satisfacción”, dijo “Tiburón Beta”, buzó de la Secretaría de Marina.