La zona turística de Tulum, Caribe mexicano, ha autorizado demasiada urbanización, dijeron el martes funcionarios ambientales, en el más reciente revés al que solía ser considerado como uno de los destinos vacacionales más tranquilos del país.
A diferencia de Playa del Carmen o Cancún, Tulum era un apacible refugio famoso por su templo maya contiguo a la costa. Pero el lugar se ha expandido hasta la selva baja que lo rodea y se han registrado numerosas disputas relacionadas con propiedades frente a la playa.
La Secretaría de Medio Ambiente señalo que Tulum había aprobado un ordenamiento territorial con “cambios de uso de suelo para incentivar y permitir el crecimiento urbano, el desarrollo inmobiliario repercutiendo negativamente sobre los ecosistemas”.
El Programa Municipal de Ordenamiento Territorial, Ecológico y Desarrollo Urbano Sustentable (PMOTEDUS) es inaceptable, aseguró la secretaría, e indicó que reducir las zonas de selva conforme a ese reglamento será considerado ilegal y podrían adoptarse medidas contra los infractores.
La secretaría indicó que intentará invalidar ese ordenamiento.
En otro golpe a la reputación de la localidad turística, cuatro policías locales irán a juicio por la muerte de una salvadoreña a la que tenían detenida. Días después, una mujer extranjera resultó herida durante un tiroteo en un bar en Tulum.
Este fin de semana, las autoridades del estado de Quintana Roo relevaron a todos los elementos policíacos de Tulum de sus labores para asignarlos nuevamente a capacitación, señalando que violaron sistemáticamente los procedimientos de restricción de detenidos.
El gobernador Carlos Joaquín González aceptó que la muerte de la mujer salvadoreña causó bastante daño a la imagen de Quintana Roo.
Victoria Esperanza Salazar falleció el 27 de marzo luego de que se le vio a una mujer policía arrodillándose sobre su espalda ante la vista de tres agentes hombres. Momentos antes, la mujer se había comportado en forma perturbada en una tienda.
Óscar Montes de Oca, fiscal del estado de Quintana Roo, indico que la autopsia confirmó que la fractura del cuello de Salazar coincide con las maniobras de sometimiento aplicadas a la víctima durante su detención y evidenció un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía.
La escena recordó la muerte de George Floyd en Minneapolis en 2020. Floyd fue declarado muerto después de que un policía blanco se arrodilló sobre el cuello del hombre negro durante unos nueve minutos, manteniéndose en esa posición incluso después de que Floyd perdió el conocimiento.