A pesar de que Morena está arriba en las preferencias electorales en el país, no hay firmeza en el partido, sino un "desbarajuste", ya que llevan más de un año enfrascados en contiendas, sin ponerse de acuerdo en un proceso interno para elegir a quien estará al frente del movimiento, señaló el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
"Al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política", recalcó, e hizo notar que los dirigentes están más ocupados en intereses personales y en obtener cargos que en el pueblo.
Al referirse, "por esta única ocasión" al tema, sin la investidura presidencial, López Obrador advirtió asimismo que los dirigentes "están pensando que son indispensables, insustituibles", pero afortunadamente "Morena es mucho pueblo para tan pocos dirigentes".
El Ejecutivo federal expuso además que los candidatos deberán aceptar el resultado de la encuesta que lleva a cabo el Instituto Nacional Electoral (INE) para definir quién presidirá Morena, ya que será "la opinión del pueblo" y "ojalá se tenga confianza". Todos los aspirantes, insistió, tienen derecho a inconformarse, pero "si es por afán individualista no van a tener éxito".
A pregunta expresa sobre la contienda en Morena, contestó que no se mete en esos asuntos, pero le llama la atención, indicó, que quienes aspiran a presidirlo no se pongan de acuerdo, no estén a la altura, mientras en todos los sondeos el partido va muy arriba en las preferencias electorales y, si en este momento fueran los comicios, los ganaría.
Indicó que los morenistas deben acabar con las viejas costumbres y romper el molde de la antigua práctica de hacer política, "donde el político se reúne con políticos, desayuna y come con políticos, y la política es una especie de relaciones públicas. Ya no, eso era antes. Ahora o se toma en cuenta al pueblo o no se va a lograr nada".
Un partido que no piensa en su gente y luchar por las causas justas no es más que una franquicia, "un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos, sólo para su provecho, ya sea en lo político o porque desean ostentar poder o provecho económico".
El mandatario explicó asimismo que "un político nuevo es el que se conmueve ante el dolor y la humillación del pueblo. Cuando están ahí, en la lucha personalizada, donde no hay ideales y todo es puro pragmatismo nadie se interesa".
En alusión a la contienda entre Morenistas, menciono que "a lo mejor se cree que la gente va a estar pendiente de entrevistas o de discursos vacíos donde el protagonista central no es el pueblo".
En igual tono crítico, López Obrador añadió: "A veces hay campañas para elegir a dirigentes, pero no se alcanza a entender qué proponen para la transformación de México, qué proponen para que haya justicia, igualdad, para acabar con la corrupción, con la impunidad, que eso debe ser lo principal".
No se puede querer ser dirigente, político, para trascender lo personal. "Lo importante es pensar en los demás. Si no hay amor al prójimo, si sólo se es un individualista, un egoísta que le da la espalda al pueblo, no es un buen político".
Se trata, explicó, "de un convenenciero, un arribista, un oportunista, un falsario y ¡ya basta de eso! Estamos en una etapa nueva y afortunadamente es la gente la que está empujando la transformación".
"Que no se confundan" los aspirantes a dirigir Morena, "es el pueblo el que manda, el que decide. Eso es lo fundamental, no puede haber divorcio entre dirigentes, entre gobernantes y el pueblo, como era antes".