El español, de 35 años, aprovechó su oportunidad y noqueó en Sheffield al británico en el sexto asalto. Antes, había sido monarca del supergallo.
"Un puñetazo de Kiko Martínez cambia la historia del boxeo español y británico", Eddie Hearn no pudo definir mejor el hito que acababa de producirse en el Sheffield Arena. El español, de 35 años, viajó a casa del campeón mundial IBF del pluma, Kid Galahad. A Kiko la afición inglesa le llamó "viejo" y dijo que "su tiempo pasó". Lo mismo escuchó Javier Castillejo en 2007 cuando fue a casa de Felix Sturm (Alemania) y le noqueó. Martínez acabó con todo del mismo modo. En el sexto asalto durmió a Galahad para volver a ser campeón. En una situación similar ambos lograron el mismo hito: ser campeón mundial en dos divisiones. Javi fue el primero (superwelter y medio) y Kiko, el segundo (supergallo y pluma). "Castillejo siempre será el mejor de la historia. Es mi ídolo y él abrió una etapa en nuestro boxeo", apuntó el ilicitano tras acabar. Imposible no quererle.
"Todo llega", gritó Tinín Rodríguez, entrenador del púgil junto con Vicente Fernández, al terminar. Y fue así. El preparador madrileño le contaba a este periódico en la previa que "iban a no chocarse contra Galahad". "Haremos la pelea larga, tocará sufrir y luego iremos a más". Trabajo de diez y aguante de once, porque Kiko lo pasó mal. Una izquierda en el primer asalto le hizo tambalearse, pero los campeones se forjan en batallas al límite. El español aguantó. Fueron tres asaltos de dominio del local, quien dominaba e iba sumando manos. Desde el cuarto Martínez apretó, subió un poco la intensidad y comenzó a incomodar. El inglés cambió el rostro.
En el cuarto y quinto el campeón seguía por delante, pero la tendencia variaba. Quedaban 20 segundos del acto cinco cuando todo cambió. Kiko encontró una derecha a la pera de Galahad, que cayó. El árbitro, que ayudó, y la campana le salvaron. No se puso nervioso el español. Salió a por el inglés y le clavo otra derecha el mismo sitio que lo fulminó. "Ha sido uno de los KO's más espectaculares que he visto", añadía Hearn en la entrevista. Lo había logrado. Kiko había hecho como Castillejo: nadie daba un duro por ellos y salían con la mano en alto y el título en su cintura. "¿Ha sido una de las mayores sorpresa que hemos visto?", le preguntó el entrevistador a Martínez. El ilicitano se rió y fue natural: "Sorpresa para algunos, para mí no. Llevo tres años viviendo como un monje, siendo boxeador 365 días al año. Yo sabía que llegaba mejor que nunca. Estoy mejor que con 20 años porque me cuido más", espetó antes de irse al vestuario para celebrarlo con su equipo. Kiko Martínez es campeón del mundo. Otra vez.