Tras re abrir sus puertas, los establecimientos de venta de comida reinician sus actividades priorizando la instalación de mesas en espacios abiertos como terrazas, banquetas, estacionamientos o cajones de estacionamiento en arroyo vehicular habilitados para el consumo de alimentos.
Pero en medio de la incertidumbre que hay ante la nueva normalidad, los negocios tienen el reto de transmitir seguridad a los comensales.
A pesar de los esfuerzos de la industria con su campaña ‘Mesa Segura’, que incluye medición de temperatura, sanitización de calzado, entre otras, tanto para personal como asistentes, la mayor parte de las entidades reporta un flujo de asistencia menor al 30 por ciento respecto a lo esperado.
“Ante la pregunta de ‘iría a comer un restaurante’, nos encontramos con que el 15% de los mexicanos dicen que irán en cuanto abran, otro 15% dice que no lo hará sino hasta que haya una vacuna.
Pero en el medio hay un 70% que responde: sí, pero solo si siento que el lugar es seguro”, aseguró Germán González, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentado (Canirac)
Después de estas cifras, y luego de nuevas evidencias sobre la posible propagación del coronavirus causante del COVID-19 vía aérea en espacios cerrados, los restauranteros han empezado a sacar mesas a las calles y ofrecer el servicio al aire libre.
“¿Qué estamos haciendo para dar esta sensación de seguridad? Pues nos estamos volcando a las aceras.
La mejor alternativa hoy es la de tomar la banqueta. Hemos hecho acuerdos con las diferentes alcaldías para que podamos tomar la calle y montar las mesas, con la separación recomendada”, mencionó Germán González.
