Por Guadalupe Romero
Este año el panorama laboral de casi 53 millones de mexicanos económicamente activos ha cambiado. El teletrabajo, a distancia o home-office llegó para quedarse; México es el que presenta las más altas expectativas para realizarlo y en donde ha tenido mayor aceptación en Latinoamérica, asegura un análisis de IAE Business School.
Ante el panorama, Fernando José Aboitiz Saro, diputado del Partido Encuentro Solidario, sacó de la congeladora las iniciativas para regular el trabajo a distancia. Este partido busca modificar el Código Fiscal de la Ciudad de México, con el fin de reducir el impuesto sobre la nómina, reducirlo de 3 a 2 por ciento, para promover el home-office entre empresas que por lo menos tengan al 10 por ciento de su plantilla bajo este esquema.
Desde junio del año pasado, antes de avizorarse la pandemia Covid-19, el Senado aprobó una reforma para regular el trabajo a distancia, establecer derechos y obligaciones para empleadores y colaborador; la iniciativa, que modificaría el artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), se envió al Congreso en septiembre de 2019, y desde entonces permanece archivada.
El proyecto define qué es el teletrabajo o home-office porque es una figura no contemplada ni protegida en la LFT, y lo distingue del empleo independiente o freelance. También dicta que el convenio entre patrón y empleado debe considerar las condiciones de servicio, los medios tecnológicos y de ambiente requeridos, entre otras situaciones adelantadas a lo que obligó la pandemia.
En videoconferencia, la directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (Cimad), Yvette Mucharraz, y el líder general en México, el Caribe y Centroamérica de Manpower Group, Alberto Alesi, aseguraron que el trabajo a distancia llegó para quedarse, debe ser regulado y atendido.
Y aunque datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revelan que solo 87 por ciento de los hogares tienen acceso a internet, y la proporción es menos de la mitad en Colombia y México; estudios del CEEY agregan que en el país entre 20 y 23 por ciento de los trabajadores pueden llevar a cabo sus labores desde su hogar.
La más reciente investigación del Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY), ¿Quién puede trabajar desde casa? Evidencia desde México, muestra que solo la Ciudad de México y Nuevo León rebasan el tercio de trabajadores que pueden hacer “home office”, niveles similares observados en países desarrollados.
En contraste, en estados como Chiapas o Hidalgo, menos del 20 por ciento tiene dicha posibilidad. Y en la región del Bajío, en donde existe una alta concentración de la industria manufacturera, sólo entre el 17 y 23 por ciento.
Otro estudio, del Fondo Monetario Internacional (FMI), señala que laborar a distancia es una posibilidad significativamente menor para los que no cuentan con educación universitaria.
El estudio del IA, en el que colaboraron el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (Cimad) del Ipade Business School de México, el Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School de Argentina, el ISE Business School de Brasil, el IDE Business School de Ecuador y Barna Management School de República Dominicana, reveló que antes de la pandemia, sólo 34 por ciento trabajaba de manera remota en tiempo completo y 10 por ciento algunos días de la semana, mientras que durante la contingencia por Covid-19, el 68 por ciento de los mexicanos encuestados tienen esquemas de home-office a tiempo completo y 11 por ciento algunos días de la semana.
También 26 por ciento de las personas mencionaron que es la primera vez que hacen home-office.
Yvette Mucharraz y Cano, directora del Cimad, apuntó que en México 84 por ciento de las personas, aún con la emergencia, les ha gustado vivir la experiencia del teletrabajo. Además, que 76 por ciento encuentran que esta forma de laboral se adapta a su puesto.
El 69 por ciento de las empresas habilitó durante la pandemia el teletrabajo, 24 por ciento organizó esquemas de turnos mixtos donde se combina el trabajo remoto con el presencial, 4 por ciento trabaja normalmente y 3 por ciento suspendió sus actividades.
Yvette Mucharraz destacó que el estudio refleja cómo ha sido la realidad del teletrabajo durante la crisis por el Covi-19: “89 por ciento de las personas mencionan tener el equipamiento y 88 por ciento sentirse capacitadas para el home-office; sin embargo 15 por ciento indicó no contar con mobiliario y espacio adecuado.
“En México ha sido fácil mantener reuniones (79%) y organizarse en el trabajo (61%) con los mayores porcentajes en la región. No obstante, la mayor dificultad es separar el trabajo de la atención familiar, con 26%”, indicó.