En muchas ocasiones el Gobierno de México ha solicitado al de Austria el regreso del penacho de Moctezuma. Todas han tenido una respuesta negativa bajo el argumento de que la pieza de más de 500 años no resistiría el viaje. El penacho, de 116 centímetros de altura y 175 de ancho, se exhibe en el Museo Etnográfico de Viena.
Se tiene registro de que en 1995 el presidente Ernesto Zedillo envió una carta al gobierno de Austria pidiendo la devolución de la que se creía era la corona del emperador Moctezuma. Austria respondió que la única posibilidad de que la pieza prehispánica se exhibiera en México era a través de una Ley del Parlamento austriaco para garantizar su regreso al país europeo.
Un año después, una delegación de diplomáticos, encabezada por el entonces director del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, viajó a Austria para llevar una misiva al gobierno austriaco para insistir en la devolución del penacho.
Una década después, el gobierno de Vicente Fox emprendió la misma demanda. Desde la Cámara de Diputados se votó un punto de acuerdo para solicitar que el jefe del Ejecutivo realizará negociaciones diplomáticas para la devolución de la pieza. No se consiguió.
Ante las peticiones, se creó un equipo de investigadores del INAH y la UNAM y sus homólogos austriacos, quienes entre 2010 y 2012 realizaron un análisis de la obra para su restauración. Entonces se concluyó que el tocado de plumas está en condiciones frágiles por su antigüedad y la vibración de un viaje lo pone en riesgo.
La investigación se presentó en el documental El penacho de Moctezuma. Plumaria del México antiguo, dirigido por Jaime Kuri y coproducido por TVUNAM en 2014. Se afirma que el dictamen final del tocado señala que “es imposible moverlo en este momento”.
El penacho está dentro de una vitrina que estabiliza las vibraciones cotidianas dentro del Museo Etnográfico, y lo protege de un sismo u otro movimiento. La obra se exhibe en la sala dedicada a Mesoamérica junto con otras piezas prehispánicas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador revivió la polémica. Solicitó a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller que, en su viaje a Austria, gestione con el presidente Alexander Van der Bellen el préstamo del penacho. Aunque reconoció que es una “misión casi imposible”.
En muchas ocasiones el Gobierno de México ha solicitado al de Austria el regreso del penacho de Moctezuma. Todas han tenido una respuesta negativa bajo el argumento de que la pieza de más de 500 años no resistiría el viaje. El penacho, de 116 centímetros de altura y 175 de ancho, se exhibe en el Museo Etnográfico de Viena.
Se tiene registro de que en 1995 el presidente Ernesto Zedillo envió una carta al gobierno de Austria pidiendo la devolución de la que se creía era la corona del emperador Moctezuma. Austria respondió que la única posibilidad de que la pieza prehispánica se exhibiera en México era a través de una Ley del Parlamento austriaco para garantizar su regreso al país europeo.
Un año después, una delegación de diplomáticos, encabezada por el entonces director del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, viajó a Austria para llevar una misiva al gobierno austriaco para insistir en la devolución del penacho.
Una década después, el gobierno de Vicente Fox emprendió la misma demanda. Desde la Cámara de Diputados se votó un punto de acuerdo para solicitar que el jefe del Ejecutivo realizará negociaciones diplomáticas para la devolución de la pieza. No se consiguió.
Ante las peticiones, se creó un equipo de investigadores del INAH y la UNAM y sus homólogos austriacos, quienes entre 2010 y 2012 realizaron un análisis de la obra para su restauración. Entonces se concluyó que el tocado de plumas está en condiciones frágiles por su antigüedad y la vibración de un viaje lo pone en riesgo.
La investigación se presentó en el documental El penacho de Moctezuma. Plumaria del México antiguo, dirigido por Jaime Kuri y coproducido por TVUNAM en 2014. Se afirma que el dictamen final del tocado señala que “es imposible moverlo en este momento”.
El penacho está dentro de una vitrina que estabiliza las vibraciones cotidianas dentro del Museo Etnográfico, y lo protege de un sismo u otro movimiento. La obra se exhibe en la sala dedicada a Mesoamérica junto con otras piezas prehispánicas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador revivió la polémica. Solicitó a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller que, en su viaje a Austria, gestione con el presidente Alexander Van der Bellen el préstamo del penacho. Aunque reconoció que es una “misión casi imposible”.