Como guitarrista clásica, docente y una de las pocas directoras de orquesta que hay en México, así es conocida mundialmente Consuelo Bolio, quien eligió a Xalapa, la tierra de su familia materna, para formarse y desarrollarse en la música, área que la ha llevado a distintos escenarios nacionales y de Turquía, Polonia, China y Rusia, por mencionar solo algunos.
La ganadora de la “Batuta de Plata” en la segunda edición del Concurso Internacional de Dirección Orquestal 3.0, en Huelva, España, no es de quienes prefieren no revelar su edad, al contrario, la dice con orgullo, 58 años, de alguna manera, para evidenciar los avances de las mujeres en distintos ámbitos, y para compartir y asegurar que más allá de cuestiones de género, la del músico es una carrera de paciencia y dedicación.
En entrevista, la integrante de la Orquesta de Guitarras de Xalapa, adscrita a la Secretaría de Educación de Veracruz, afirma que se puede vivir del arte, pero no es tan fácil, ni para hombres ni para mujeres, sobre todo en la dirección, porque el instrumento es toda una orquesta, y existen muy pocas.
Contrario a las dificultades que se puedan presentar, ve su labor como una fuente de aprendizaje, superación y satisfacciones constantes, por lo que significa hacer música, por las emociones que puede provocar en los demás y por compartir lo que sabe con sus alumnos —es académica de la Universidad Veracruzana—.
Al hablar de su vida profesional, le es imposible no ligarla con los viajes, con la amistad, el contacto con el público y el corroborar que cuando algunos afirman que la música es un lenguaje universal no es nada más una frase repetitiva: “es una realidad”.
Para el disfrute de estas experiencias, Consuelo Bolio rememora su infancia y adolescencia en su natal Tijuana, Baja California, donde no sabían de la existencia de conservatorios de música.
“En una plática, mi mamá se enteró que daban clases particulares de guitarra y empecé a tomarlas. Tenía 12 años; después, ya en la prepa, había grupos artísticos y me metí a la rondalla, y para el último año supe de una academia. Ahí fue donde me di cuenta que eso quería estudiar. Mi maestro, que era un veracruzano, me dijo que entre las opciones estaban Xalapa y la Ciudad de México”.
Inquieta, con muchas ganas de aprender, estudió la licenciatura en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, en cuya época no había Internet y el acceso a partituras y repertorios era escaso. Recuerda que tampoco había tantos concursos, encuentros y festivales como los hay ahora.
Una imagen que se le ha quedado grabada es la de una correspondiente a la década de los 60. Se trata de la foto de una orquesta donde no había mujeres ejecutantes. Aclara que no es que no las hubiera en general, sino que en esa era muy claro el predominio de los varones en el área.
“Estamos en 2020 y seguimos siendo minoría, tanto como ejecutantes como en la dirección de orquesta, pero hay avances, y es importante difundirlos para que más mujeres vean esta área como una opción”, expresó.
Bolio, quien estudió la maestría en Dirección Orquestal, ha tenido una consistente actuación como directora con la Orquesta de Guitarras de Xalapa, fundada por Alfonso Moreno, y la Orquesta Universitaria de Música Popular. También ha sido directora invitada de otras agrupaciones y entre sus logros más recientes está lo sucedido en 2019 en Mogilev, Bielorrusia, adonde acudió a un encuentro de directores de diferentes partes del mundo en el cual los músicos de la orquesta premiaron su desempeño, argumentando que fue el mejor de todos.
Emocionada, compartió que antes de la pandemia asistió a un curso en Maine, Estados Unidos, como becaria, donde tomó clases de dirección, orientación sobre relaciones laborales, sesiones de técnica de ensayos, entre otras.
Actualmente, la guitarrista sienta un precedente en la entidad al impartir el primer Diplomado en Dirección Orquestal, con 19 alumnos.
La maestra tiene fe en que a partir de este diplomado se genere interés para organizar otro —u otros— en el futuro, con los ajustes necesarios, pues este fue diseñado para modalidad virtual, pero acepta que nada la haría más feliz que se pudiera concretar de forma presencial para continuar ofreciendo herramientas a nivel formal y profesional. La contingencia sanitaria no para su actividad ni su gozo por hacer lo que le apasiona, música.