En Reino Unido, el reo Paul Fitzgerald golpeó, acuchilló, y le hundió un bolígrafo en la nariz hasta llegar al cerebro a Richard Huckle, reputado como “el peor pedófilo” de Reino Unido por abusar sexualmente de 191 menores de edad mientras se desempeñaba como voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya; Huckle había sido sentenciado a 22 cadenas perpetuas por sus crímenes.
En la cárcel HMP Full Sutton, a las afueras de Pocklington, Inglaterra, la víctima fue encontrada por otro reo, Ronald Mariner, quien menciono que Huckle estaba atado de manos y pies, con “un charco de sangre” en la cabeza y con una ligadura en el cuello.
Fitzgerald indico ante la corte que hubiera matado a otros reos, pero “se estaba divirtiendo mucho” con Huckle, ya que quería “hacerle sentir lo que esos niños sintieron”.
La corte escuchó la confesión de Fitzgerald, quien menciono también que violó a su víctima con un utensilio de cocina durante el ataque perpetrado en octubre de 2019, y que le hubiera gustado cocinar los restos de su cuerpo.
Pese a lo anterior, el reo se declaró inocente del cargo de asesinato. Mientras que su defensa alega que se trata en realidad de un homicidio con responsabilidad disminuida.
Fitzgerald tenía consigo tres armas, un vapeador, dos condones, una cuerda de guitarra y una botella de gel lubricante.
El examen post mortem reveló que Huckle fue estrangulado con la funda de un cable eléctrico.
Por su parte, el jurado calificó el presunto asesinato como “un ataque prolongado, diseñado para humillar y degradar” a Huckle.