Melania Trump, una de las probablemente más enigmáticas primeras damas de Estados Unidos, ha recibido una oferta para escribir sus memorias, según publica Page Six. La esposa del todavía presidente ha mantenido varias reuniones en los últimos días sobre este asunto. “Melania está en reuniones para escribir sus memorias en la Casa Blanca”, dijo una fuente. “Y sería su dinero, una oportunidad para que ella ganara por su cuenta”. La fuente agregó al medio norteamericano: “Me han dicho que su esposo la está animando”. Un libro de Melania Trump podría dejar las cosas claras en algunos de sus episodios notables de la Casa Blanca como los desplantes públicos a su marido.
La historia de Melania Trump —agregó la fuente— “podría valer mucho dinero”, teniendo en cuenta el revuelo causado por el libro Melania y yo, publicado en septiembre por su exasesora Stephanie Winston Walkoff, que cuenta temas poco agradables, incluidas las tensas relaciones entre Melania y su hijastra Ivanka. La publicación de este libro provocó la indignación de la primera dama, quien emitió un comunicado en el sitio web de la Casa Blanca en el que describió a Winston Wolkoff como una “oportunista deshonesta” que “apenas” la conocía.
En el libro, la autora también contó que la relación entre Melania y Donald Trump era un “matrimonio mercantil”, lo que vendría a afianzar el otro gran rumor sobre la pareja: su próximo divorcio. Los términos en los que se produciría también forman parte de las muchas especulaciones entorno a la pareja. Wolkoff detalla que la pareja duerme en habitaciones separadas dentro de la Casa Blanca (como ya había desvelado la reportera de CNN Kate Bennett) o que la eslovena está negociando un acuerdo de separación que asegure que su único hijo en común, Barron, de 14 años, obtenga un porcentaje sustancioso de la fortuna del presidente, calculada por Forbes en unos 2,100 millones de euros, según cálculos de septiembre.
Según publicó la periodista del Washington Post Mary Jordan en la biografía de Melania The art of her deal, cuando Trump ganó las elecciones en 2016 renegociaron su acuerdo prematrimonial que, entre otras cosas, estableció las condiciones para la herencia de su hijo Barron independiente a los intereses de los otros hijos de Trump. Reacia a vivir en la Casa Blanca, en 2018 Melania se compró un apartamento, de un dormitorio, en la Torre Trump, la que fue su residencia hasta su traslado a Washington y supuestamente el lugar al que regresar a partir de enero. La publicación de un libro le daría a Melania la oportunidad de ganar su propio dinero sin necesidad de depender del presidente —en breve exmandatario—, algo que cobraría aún más fuerza contando con esa otra posibilidad de un divorcio a la vista.
La todavía primera dama del país, de 50 años, es una mujer de la que poco se sabe. Apenas da entrevistas y no es precisamente expresiva. Más allá de algunos actos oficiales y sonrisas forzadas, su relación con el presidente no es tan expresiva como la de los Obama, tan cálida como la de los Bush ni denota el colegueo de la de los Clinton. Entre ellos se muestran fríos, a veces hasta antipáticos. Son muchos y muy sonados los desplantes que se han hecho y que evidencian la mutua tensión: él le pide que sonría y ella se niega; él coge un paraguas pero la deja fuera en pleno chaparrón; él trata de darle la mano y ella se aparta.
En cualquier caso, Melania no es ninguna víctima, una mujer que necesite ser liberada o rescatada, como gritan esos populares carteles de “Free Melania”. Ella misma afirmó en una de sus escasas entrevistas, hace un par de años, que se sentía “la persona más acosada del mundo” y que sabía de los comentarios que se generaban alrededor de ella, a menudo inventados y, en ocasiones, dolorosos: “Soy muy fuerte y sé cuáles son mis prioridades”. Algo que casa perfectamente con lo que dice Wolkoff en su libro, una descripción que puede tener mucho que ver con sus próximos pasos: “Sabe perfectamente con quien se ha casado. Ella sabía dónde se metía, y él también”.