Joe Biden, le puso fin a la emergencia nacional decretada en febrero de 2019 por su predecesor, Donald Trump, para obtener fondos con los que sufragar la construcción de un muro en la frontera con México, luego que “no tenía garantías”.
Tras una carta al Congreso, Biden ha garantizado que su administración no permitirá que “ningún dólar más del contribuyente estadounidense sea desviado para construir un muro fronterizo”, lo que pasa también por una “revisión cuidadosa” de los recursos que ya se han aprobado con ese fin.
Donald Trump una de sus grandes promesas antes de llegar a la Casa Blanca fue la construcción del muro, ya en el poder, siguió insistiendo en esta contrastante iniciativa, por la que prometió hacer pagar a México. El expresidente aplicó una política de tolerancia cero en la frontera.
El muro fue uno de los temas de la política migratoria de Trump que incluyó la detención de centenares de miles de inmigrantes indocumentados, restricciones en el asilo para personas que huyen de la violencia o la persecución en sus países, y el envío a México y América Central de decenas de miles de solicitantes de asilo.
Joe Biden, en el sentido opuesto, ha abogado por revisar a fondo las políticas migratorias para garantizar un enfoque más humano, lo que por ahora -y a la espera de la aplicación práctica- le ha valido aplausos de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. La actual administración ha suspendido los acuerdos que facilitaban las deportaciones a El Salvador, Guatemala y Honduras.
En su primera jornada de la presidencia, Joe Biden suspendió la construcción del muro fronterizo con México, levantó el veto a la llegada de migrantes de países de mayoría musulmana y blindó el programa DACA, que protege de la deportación a 650.000 jóvenes indocumentados traídos de niños por sus padres al país, conocidos como “soñadores”.
No obstante, suspendió las nuevas inscripciones en el programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), también conocido como “Permanezca en México”, que según el Gobierno de Biden, llevó a la devolución de unas 68.700 personas a México para aguardar a sus citas ante las cortes migratorias estadounidenses.
El 15 de febrero de 2019 Trump declaró que había una emergencia nacional en la frontera sur y ordenó el uso de unos 2.500 millones de dólares que el Congreso había aprobado para el Departamento de Defensa, a fin de continuar con las obras iniciadas.
Al término del mandato de Donald Trump se habían colocado vallas en unos 700 kilómetros de la frontera.