“Muera quién tenga que morir”, es como Víctor Carranza y sus colaboradores han permitido que las playas estén abiertas en la semana santa del año en curso, mientras en otros municipios costeros del estado, se pugna por su cierre, por el inminente riesgo que representa.
“Como autoridad municipal, no podemos prohibir a la gente a que acuda a las playas” aseveró vía redes de propaganda municipal.
Como prácticamente un adorno, estará entonces lo que en teoría es la autoridad municipal, pues nada más se limitarán a emitir recomendaciones que en ningún momento llegarán a ser sanciones.
Se ha demostrado que muchos de estos bañistas poco les importan contagiar y ser contagiados incluso a sus familias, bajo la premisa de que la enfermedad que fue declarada hace un año como pandemia, la tengan presente ellos.
Por lo que serán los propios porteños quienes tengan que autorregularse, siendo la recomendación de expertos no arribar a este tipo de lugares, debido a que no son esenciales y pueden presentarse aglomeraciones que originen contagios de COVID19.