Bastantes elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) se movilizaron para sellar la frontera sur entre México y Guatemala, a la altura del Río Suchiate, donde se espera llegue en las próximas horas la caravana de migrantes hondureños.
Dirigidos por Francisco Garduño, Comisionado nacional del INM, los agentes de esa corporación marcharon desde la plaza central de Ciudad Hidalgo hacia las márgenes del Río Suchiate donde realizaron una larga valla en los tramos donde burlan la garita migratoria para pasar en las balsas de forma ilegal:
“No van a pasar”, fue la sentencia de Garduño ante los medios y periodistas que cubren la movilización de policías y militares.
No obstante, sólo fue acto de presencia, posaron la para la foto y luego se replegaron, informes indican que la caravana de migrantes se enfila hacia el norte del país guatemalteco, es decir hacia el Departamento del Petén, por lo que podrían buscar entrar a México en el punto de Frontera Corozal en la región de la Selva Lacandona para salir por Palenque o bien en el punto llamado El Ceibo, en Tenosique, Tabasco.
Gobernación menciono que quien entre a este país sin cumplir los protocolos de sanidad y sin ser registrado, será detenido.
Aseguró que existen penas de cinco a 10 años de prisión a quien ponga en peligro de contagio la salud de otros.
En lo que México prepara sus fuerzas federales de agentes del INM y la Guardia Nacional en su frontera sur, en el país centroamericano, el gobierno de Guatemala lidia con la caravana de migrantes hondureños, que se han dispersado en varios grupos para evitar ser detenidos de forma masiva y deportados.
Un grupo de al menos 700 personas aproximadamente se dirigen hacia el Petén, por el trayecto entre la Ruidosa y Modesto Méndez, utilizando transporte pesado o microbuses.
Otro grupo de alrededor de 800 personas, divididas en pequeños grupos de 25 personas, camina sobre la carretera, van sobre el Cruce a Entre Ríos Ríos y La Ruidosa y otro más de aproximadamente 400 personas se dirige hacia la ciudad de Guatemala, caminado y en buses.
En tanto, un camión del Ejército de Guatemala y tres unidades de la Policía Nacional Civil (PNC) se movilizan por el kilómetro 245 La Ruidosa, donde planean rechazar a unos 108 migrantes que de forma voluntaria han decidido regresar Honduras.
Cabe mencionar que al menos unos 70 mil migrantes sin control sanitario viven en Tapachula y sus alrededores, luego de que este mes de octubre ya se cumplen dos años de la primera caravana migrante procedente de países centroamericanos hacia Estados Unidos, pero que fue encapsulada en esta región del Soconusco, al impedírsele continuar el trayecto.
En la actualidad hay un nuevo y peligroso escenario por la pandemia del coronavirus, donde hubo medidas extremas en países centroamericanos y preventivas de salud en México, por lo que una nueva movilización masiva después de seis meses críticos de propagación del virus, marca un panorama de posibles y mortales rebrotes de la pandemia.
Situación por la cual, las autoridades mexicanas como el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) deben prepararse para las consecuencias que podría acarrear esta caravana migrante.
Según los activistas, esta nueva caravana trae un ingrediente que lo hace grave, y es que gran parte de los que pretenden integrarse a la misma son femeninas y menores no acompañados, por lo que de no tomar las previsiones necesarias se avecina un problema social para la Frontera Sur, que es el lugar donde recaerá esta migración.