Por Luis Carlos Rodríguez G.
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El caso del supuesto rescate de 23 menores en Chiapas y el desmantelamiento de una red de trata de menores fue un montaje, un circo mediático de la Fiscalía de Chiapas que ante la presión por encontrar al niño Dylan fabricó culpables deteniendo a tres mujeres y un hombre, todos indígenas tzotziles, vendedores de artesanías, quienes en el caso de ellas siguen en la cárcel mientras que Adolfo Gómez, de acuerdo a autoridades “se suicidó” en el penal.
“Mis hijos no son robachicos, como una madre se va a robar a sus propios hijos” afirma desde la comunidad indígena de Chigton, Chiapas, la señora Guadalupe González, madre de Juana Montejo que fue detenida en San Cristóbal de las Casas el pasado 17 de julio junto con María Hortensia Gómez y Maribel Gómez. Dos días antes habían sido detenidos Adolfo Gómez y Josefa Sánchez, a quienes acusaron del secuestro de Dylan.
Juana Montejo es madre de siete de los menores rescatados por la fiscalía; María Hortensia es madre de seis más; Maribel de cuatro; y Josefa de uno más. Los otros cinco menores en poder del DIF son de Nereida Gómez.
“Todos son familia, vivían y rentaban esa casita entre otros para mantenerse en San Cristóbal y poder mantenerse. Yo quiero que los liberen y me regresen a mis 12 nietos”, clama la señora Guadalupe.
Organizaciones no gubernamentales y periodistas destacaron que este caso es un “burdo montaje” ante la presión política de encontrar a los responsables de la desaparición de Dylan y en donde se encarceló a cuatro mujeres inocentes, madres de los 23 niños supuestamente secuestrados y al padre de uno de ellos, quien dijeron las autoridades “se suicidó” en el penal de San Cristóbal.
El director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez, dijo a ContraRéplica que a un mes de la desaparición de Dylan no hay resultados porque las autoridades de Chiapas respondieron tarde al caso y “realizaron acciones de simulación” que incluso están tipificadas como tortura y detenciones arbitrarias.
La prensa nacional e internacional, incluidos medios de Estados Unidos y Europa, publicaron el pasado 17 de julio que la Fiscalía General de Justicia en Chiapas había desmantelado una red tratantes de menores y que había rescatado a 23 niñas, niños y bebés. “Esto fue un montaje, una farsa de la fiscalía que actuó como una extensión del crimen organizado”, agregó el especialista.
“Hay evidencias de tortura en contra de una persona —Adolfo Gómez— abuelo de 22 de los 23 menores ‘rescatados’ y a quien acusaron falsamente de pertenecer a la red de trata y haber secuestrado a Dylan y que fue presuntamente asesinado en el penal. También hay detenciones arbitrarias y una evidente discriminación y maltrato en contra de indígena”, indicó.
Por su parte, la periodista chiapaneca, Lucía Trejo, coincidió en que la detención de estas familias indígenas es un “evidente montaje” y aunque aún falta información por esclarecer, lo cierto es que el saldo de esta actuación de la fiscalía es cuatro mujeres presas injustamente, la muerte de un hombre, también inocente y 23 niños que les fueron quitados a sus madres y que están en custodia del DIF y que se niegan a entregarlos a sus abuelos a pesar de que han presentado actas de nacimiento, fe de bautismo y otros documentos.
Expuso que hay serias inconsistencias en este caso, como es la muerte de Adolfo Gómez, padre de uno de los niños que “rescató” la fiscalía y a quien acusaron del secuestro del niño Dylan. “Sus familiares han señalado que fue asesinado y piden una investigación”.