En los términos de un gobierno privado indirecto (en la concepción del filósofo camerunés Achille Mbembe) que es un estado fallido o corrupto de inicio a fin, el control de la gobernanza de la información que vigila los ingresos de los ciudadanos es un capital para ejercer coacciones extralegales que se originan en los cotos de poder, porque se dispone de los impuestos y de los recursos de privados sin realizar el ejercicio de las leyes vigentes.