La multinacional Bayer AG, propietaria de la fabricante de semillas genéticamente modificadas Monsanto, y un organismo de cabilderos de esa industria trabajan en estrecha colaboración con funcionarios de Estados Unidos con el fin de presionar al gobierno mexicano para que desista de prohibir el glifosato, pesticida relacionado con casos de cáncer, reveló The Guardian.
Las medidas para proteger los envíos de glifosato –químico utilizado por Monsanto en sus fertilizantes– a México se han desarrollado durante los pasados 18 meses, añadió.
A propósito de la información publicada por el medio británico, La Jornada consultó a la empresa en México, la cual reconoció la existencia de acercamientos para evitar que el producto deje de utilizarse en un periodo de tres años, como lo establece el decreto publicado el 31 de diciembre de 2020 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
“Al igual que muchas empresas y organizaciones que operan en industrias altamente reguladas, proporcionamos información y contribuimos a los procesos normativos y de elaboración de políticas públicas con base en la ciencia”, expresó.
“Una eliminación gradual del glifosato sería inconsistente con la evidencia científica”, destacó.
Acotó que “los principales reguladores de salud en México y en todo el mundo han concluido repetidamente que nuestros productos a base de glifosato se pueden usar de manera segura de acuerdo con las instrucciones de uso”.
Bayer consideró que la prohibición del uso de la sustancia “causaría importantes disrupciones a los muchos agricultores mexicanos que dependen del glifosato para producir cultivos saludables de manera segura, sostenible y efectiva.
“Nuestro compromiso con el sector público es permanente, profesional y consistente con todas las leyes y regulaciones”, anotó la empresa.
The Guardian expuso que las medidas para proteger los envíos de la sustancia al país se desarrollaron durante los pasados 18 meses, tiempo en el que la empresa ha estado negociando acuerdos por 11 mil millones de dólares en reclamos por afectaciones a la salud en personas de Estados Unidos.
El texto del diario añade que la información se halló en correos electrónicos provenientes de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), así como de otras agencias.
Los mensajes a los que tuvo acceso The Guardian indican que la estrategia para evitar que México desista del uso de la sustancia es “incorporar el tema” al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
The Guardian resaltó que la medida es similar a la observada tras una intención de Tailandia para prohibir el químico. Sin embargo, el tema no prosperó ante las amenazas de Estados Unidos de interrumpir el comercio.
La investigación incluye mensajes enviados en marzo entre Chris Novak, presidente de CropLife, un grupo de cabilderos financiados por Bayer, y otras empresas agroquímicas, así como Robert Lighthizer, jefe de la USTR, quien a su vez escribió a Graciela Márquez, titular de la Secretaría de Economía (SE), para expresar que los problemas con el glifosato amenazaban con socavar la fortaleza de la relación bilateral.
En agosto del año pasado, Novak agradeció a los funcionarios, pero advirtió que estarían en riesgo 20 mil millones de dólares en exportaciones agrícolas que cruzan de Estados Unidos a México.