Adriana, de cinco años, falleció envenenada luego de comer un pan con el que un desconocido pretendía matar a su perro.
El hermano de la niña, de 6 años, se encuentra grave en el Hospital Regional de Coatzacoalcos, al sur de Veracruz.
Familiares de los menores declararon a las autoridades sanitarias que anteriormente un vecino había intentado envenenar a su perro, situación por la que suponen que dicho pan era para la mascota.
Los hechos ocurrieron en el municipio de Soteapan, ubicado en la zona serrana del sur de Veracruz, una región de alta marginalidad y difícil acceso, por lo que se complicó el traslado de las víctimas a hospitales especializados en Coatzacoalcos y/o Minatitlán.
Adriana y su hermano permanecían jugando en el patio con su hermana de 11 años, quien no se percató del momento en que ambos menores ingirieron el alimento envenenado.
La madre de los tres niños, Hermila Gutiérrez, había ido a la escuela de sus hijos porque forma parte del comité escolar, y 30 minutos después de haber salido de su casa, vecinos llegaron a buscarla para informarle que dos de sus hijos tenían convulsiones por ingerir veneno.
“No sé porque envenenan animales y causan desgracias a los niños y les quitan la vida, y por eso la gente debe de entender que no pueden dejar venenos para mascotas porque hay niños inocentes”, señalo la madre.
Hermila aún está en Coatzacoalcos tras la espera de ayuda asistencial, pues no cuenta con recursos para los gastos funerarios de su hija, ni para la manutención hospitalaria de Jacobo.
Hasta el momento ningún DIF municipal de Soteapan o de Coatzacoalcos se ha puesto en contacto con Hermila Gutiérrez para ofrecerle algún tipo de apoyo.