En medio de la batalla que la Ciudad de México da en contra de la pandemia, un terremoto rompió la lógica del aislamiento y lanzó a la gente a la calle.
En hospitales públicos y privados, la evacuación fue con equipo de protección personal, imposible pensar en quitárselo.
Otros, salieron en silla de ruedas; algunos más, sacaron hasta los porta sueros y las sillas del área de consulta. Así es un sismo en tiempos del covid.
En hospitales públicos, los pacientes no fueron evacuados. El protocolo indica que solo en emergencias se deberá proceder a la evacuación para no poner en riesgo a los pacientes.
En el centro médico La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social, a pesar de que sus torres fueron sacudidas, el complejo no registró daños.
Hospitales como el de Tlatelolco, el Belisaro Domínguez y el hospital de los venados, todos del IMSS, fueron evacuados. Zoé Robledo, director del instituto, siguió estos protocolos desde el centro de urgencias del Seguro Social.
El Instituto Mexicano del Seguro Social reportó daños en solo uno de sus hospitales; el anexo de la unidad médica rural de San Juan Ozoltepec, en Oaxaca, que está inhabilitado.
Tres horas después del sismo, la Secretaría de Salud federal también completaba su control de daños. No se reportan daños mayores o estructurales en los Institutos Nacionales ni en los Hospitales de Alta Especialidad, informó en sus redes sociales.
Otros hospitales, como uno en la colonia Roma de la Ciudad de México, evacuó a su personal y a sus pacientes; sacaron lo que pudieron, nerviosismo y miedo incluidos.
Excelsior
