Los arrestos del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, son suficientemente representativas para demostrar lo profundo en la crisis de México, la decadencia de que produjo la política neoliberal y el predominio del dinero en México, explicó el mandatario López Obrador.
“Desde luego, en ningún caso hay que sentenciarlos antes de que les demuestre su culpabilidad”, subrayó durante su visita a la presa Ángel Albino Corzo, ‘Peñitas’, ubicada en Ostuacán, Chiapas.
Mantuvo que afortunadamente, y de forma ejemplar, México tuvo un instinto certero y sabio para decir ‘basta’, y darle comienzo al proceso de transformación.
“Todavía, como es un proceso de cambio, estamos en transición, todavía lo viejo no acaba de morir, nos estamos encontrando todavía en los cajones de los escritorios expedientes que prueban la corrupción que imperaba antes de que llegáramos a la Presidencia”, informó.
“Todavía no terminamos de limpiar al gobierno de corrupción, todavía no termina, decía, de irse, de morir lo viejo y todavía no termina de nacer lo nuevo, lo que queremos para nuestro país, una patria libre, igualitaria, justa, honesta, austera, sobria y eso es lo que se va a consumar si no nos cansamos, si seguimos perseverando, si seguimos insistiendo en la necesidad del cambio y si seguimos poniendo por delante el interés general, el interés del pueblo, el interés de la nación”.
Cienfuegos Zepeda, titular de la Sedena con Enrique Peña Nieto, fue detenido en Los Ángeles el pasado 15 de octubre, es acusado en Estados Unidos de cuatro cargos relacionados al trasiego de heroína, cocaína, metanfetaminas y mariguana, así como lavado, entre 2015 y 2017.
También se le señala por brindar protección al cártel H-2, un grupo criminal violento con base en Nayarit.
Por otro lado, García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública con Felipe Calderón Hinojosa, fue capturado en Dallas el 10 de diciembre de 2019.
Tras la fecha, enfrenta un juicio en Estados Unidos por cinco cargos, entre los que se encuentran el conspirar con organizaciones criminales para llevar cocaína a Estados Unidos y uno más por mentir a las agencias de migración de ese país para obtener la ciudadanía.
El pasado 7 de octubre, declaró no ser culpable de las acusaciones. El juez Brian Cogan estableció que la próxima audiencia quedó agendada para el 7 de diciembre, por la complejidad del caso.
