"Un canto por México, Vol. 1" de Natalia Lafourcade se sobrepuso a la ´ola´ de reggaeton y pop que reinó en los Latin Grammy 2020. El trabajo de la cantautora mexicana fue reconocido como Álbum del Año, este 19 de noviembre.
La Academia Latina de la Grabación reconoció al disco que pone en alto las raíces mexicanas, y específicamente, veracruzanas. En la misma categoría competían Bad Bunny, por "YHLQMDLG"; Camilo, por "Por primera vez"; Kany García, por "Mesa para dos"; J Balvin, por "Colores"; J Balvin y Bad Bunny, por "Oasis"; Jesse & Joy, por "Aire (Versión día)"; Ricky Martin, por "Pausa"; Fito Paez, por "La conquista del espacio" y Carlos Vives, por "Cumbiana".
Aunque Natalia nació en la Ciudad de México, gran parte de su desarrollo artístico lo vivió en Coatepec, Veracruz. Y esto se ve reflejado en algunas canciones de Un canto por México, Vol. 1, con sonidos y letras inspiradas en el son jarocho, o descripciones de paisajes y vida cotidiana de Veracruz.
El Balajú/Serenata Huasteca, es la primera canción del álbum y fue grabada con el reconocido grupo Los Cojolites. Hasta La Raíz, Sembrando Flores y Mi Tierra Veracruzana fueron también grabadas con el mismo grupo veracruzano de son jarocho, que en 2019 obtuvo una Luna del Auditorio en la categoría de Música Tradicional.
La canción número tres del álbum, Veracruz, es una interpretación de la originalmente cantada y compuesta por el tlacotalpeño Agustín Lara.
Cinco de las 14 canciones que integran al Albúm del Año de Natalia Lafourcade hacen alusión a Veracruz y usan sonidos típicos del son jarocho. "En mi tierra veracruzana, solo quiero tomar café, un poquito de azúcar y caña, pa´ ponerme a mover lo´ pie´", canta en Mi Tierra Veracruzana.
Natalia Lafourcade presentó en noviembre de 2019 el concierto del álbum galardonado Un Canto Por México, en el Auditorio Nacional. Cantó junto a Jorge Drexler, Mon Laferte, Carlos Rivera, Pepe Aguilar, Ángela Aguilar, Aida Cuevas y agrupaciones representativas como Café Tacvba, Panteón Rococó, Los Macorinos y Los Cojolites.
El dinero recaudado de las ventas de boletos fue destinado a la recuperación del Centro de Documentación del Son Jarocho, que necesitaba alrededor de 3 millones de pesos para recuperar espacios como la biblioteca, con materiales audiovisuales, fotos y grabaciones de registro, también la galería de exposiciones y los salones de talleres.
"Este espacio es muy importante para la cultura, el arte y la música. Es un espacio que ha guardado documentación muy importante sobre el son jarocho. Hay músicos tan importantes e increíbles que para mí es muy importante ayudarlo. Fue muy emotivo poderme encontrar con esta comunidad y tomar el seminario que se imparte en la isla de Luna Negra. Fue mágico ver a las nuevas generaciones amando este género musical y sus raíces". Dijo Natalia en entrevista para medio nacional.