La gente se viste según sus hábitos. Y los hábitos son, a su vez, vestiduras que atienden a ciertas disposiciones y/o estados sociales. Se pueden llevar al asumir una orden religiosa o militar; se pueden asimismo portar unidos a un voto o compromiso; o se pueden, también, ejercer por su uso reiterado. En tiempos de pandemia, ciertos hábitos han aparecido y se han extendido hasta hacer de su apariencia algo “habitual”.