La industria automóvil sigue sufriendo la escasez de chips electrónicos, con una producción ralentizada y fábricas detenidas, pero confía en que el horizonte se empiece a despejar a finales de 2021.
Tanto constructores como proveedores de equipo del sector presentaron hasta ahora unos resultados semestrales mejores de lo esperado, pero todavía frenados por la escasez de estos semiconductores.