Industrias extractivistas y el poder del Estado

Industrias extractivistas y el poder del Estado: las logísticas de la lucha por los recursos económicos en medio de la acumulación de riqueza como extinción.

Las logísticas de la lucha por los recursos económicos en medio de la acumulación de riqueza como extinción.

 

Si vemos la división geopolítica de los países ricos en materias primas y recursos naturales veremos cómo se implica la realización de convenios comerciales estratégicos que consisten en instalar en el territorio nacional de esos países la infraestructura transnacional para apropiar y extraer estos recursos estratégicos para la explotación comercial de ellos y su transformación en mercancías.

 

El estado genera tecnologías de gobierno con las cuales los convenios comerciales gozan de la posibilidad de establecer en suelo nacional de tecnologías que extraen dichas riquezas de modos organizados y desde los cuales se opera comercialmente dentro del territorio nacional. Esta tecnología e infraestructura son de carácter transnacional en la medida en que forman parte de acuerdos comerciales bi o multinacionales que se encargan de procesar, almacenar, transportar y distribuir estos bienes en países donde se construyen mercancías con ellos y donde son consumidos como bienes y servicios.

 

Estas instalaciones de infraestructura transnacional significa un grave impacto y daño a la ecología toda vez que la reducción de costos para explotar las naturalezas y riquezas del territorio implican deterioros ecológicos que no pueden ser remontados en cuando a la destrucción de los ecosistemas y con ello significan problemas desde ese punto de vista ecológico con la reproducción social de los modos de vida de las comunidades que rodean a estas instalaciones de infraestructura transnacional.

 

Se trata de extraer la riqueza en un esquema que reproduce el capital global y sus modos de vida a través de una forma de acumulación por extinción. Extinguir es el resultado de la acción extractiva, se trata de una forma de modificación del ecosistema y el medio ambiente a través de la tecnología y la infraestructura transnacional y de la que el resultado es la extinción de especies, de catástrofes naturales, enfermedades a los miembros de las comunidades, muerte o problemas de salud severos o en otros casos la migración forzada y la mutación de las especies naturales. Se trata de materias primas y recursos estratégicos como el agua, el litio, el coltan, el oro, la plata, el acero, toda clase de minas, el petróleo, la sal, las tierras raras, las maderas, la producción de químicos, la energía, la producción de cultivos y plantas como el aguacate, la nuez o las drogas. 

 

La acumulación de riqueza es por extinción ecológica y con ello la sinergia entre estos cuerpos de seguridad extracción y la construcción de las ciudades va de la mano creando manchas urbanas y modernización de la infraestructura nacional que significa progreso, pero a costa de extinguir el sustrato ecológico, la vida natural, el medio ambiente, la atmósfera, las culturas, los usos y costumbres, las lenguas. De modo que el problema se ha confrontado de manera directa por movimientos de las comunidades y de los movimientos sociales, pero no hay un resultado halagador para la ecología y estos desterrados habitantes de estos ecosistemas. La generalización de empleo y subempleo que cambia los procesos culturales y económicos por formas de semiurbanizacion de formas que implican una vuelta económica sobre la recaudación fiscal y de regulación de la población bajo parámetros disciplinarios en la reposición del modelo de acumulación de riqueza y de los modos de vida ajenos a las lógicas de las comunidades y su relación tradicional con la naturaleza pero sobre todo porque implica un reparto de riqueza de una manera más amplia para quienes tienen un modo de vida que se ancla en el modelo económico implica para el Estado que se defienda la acción de estas industrias y empresas que manejan la extracción como parte del proceso de instalación de la infraestructura transnacional.

 

Donde el resultado puede ser ampliamente una necesidad de enpoderamiento dentro de las comunidades por el acceso a los recursos y que junto con instituciones que se debilitan y fragmentan debido a su incapacidad por brindar la protección social del empleo, la salud, el bienestar social, la educación, etc. y en general las tareas del estado implica que esta necesidad de empoderamiento lleve a que variables como la violencia, el homicidio, la violencia sexual y de género aumenten conduciendo a una lucha intestina entre la población por asegurar y securitizar el modo de vida nuevo en torno a la infraestructura de extracción y de producción en materias primas, recursos naturales y recursos estratégicos que es de donde se puede tener un trabajo honesto, o tener el acceso a bienes económicos y a un trabajo o subempleo y que frente a amenazas como los grupos de delincuencia organizada, paramilitares, grupos armados de traficantes de drogas o de huachicoleo de mercancías o de recursos naturales, de grupos de saqueadores delinean una geográfica política de defensa y seguridad comunitaria que hace frente a estas amenazas potenciales y que para ello configura grupos armados.

 

Desde otra fuente las líneas de procesos de seguridad del estado y los gobiernos en funciones implican el patrullaje del ejército, las guardias nacionales, las policías federales y locales y la erosión de la confianza en sus funciones de seguridad junto con la pérdida por corrosión del carácter de ellos como funcionarios públicos encargados de ese tema quienes también pueden llegar a traficar con sus capacidades y ayudar a los grupos criminales y a los grupos de traficantes a cambio de recursos, en medio de ese clima de inseguridad es como se arman las comunidades y se organizan para patrullar y defender sus fuentes de riqueza y defenderse de la brutalidad y de la expulsión de los otros grupos.

 

Es el caso de comunidades en Michoacán, en Guerrero, Guadalajara, Guanajuato, es el caso de las comunidades atacadas en el sureste del país desde donde se les hace migrar a los indígenas o a personas a la frontera norte, es el caso de las comunidades y ciudades del norte del país que están en medio de la guerra del crimen organizado.

 

El Estado debilitado en sus funciones de organización, de seguridad y de administración para el bien común trafica con su capacidad de influir y deja que agentes del crimen organizado realicen sus actividades fuera del marco de la ley y con eso generan recursos económicos para personas particulares que administran la riqueza del capital criminal que proviene del delito y del extractivismo ilegal y que junto con el deterioro ecológico son fuentes de conflicto y de enriquecimiento ambos por extinción o muerte.

 

Con lo que se trata de una gubernamentalizacion necropolitica del estado que reproduce a dos manos una forma de reproducción del capital criminal y la violencia y al mismo tiempo genera condiciones para que se fortalezca el desarrollo y el acceso a trabajo, modernización y recursos económicos producto de la extracción de la riqueza nacional. A dos manos es el Estado parte de una necroeconomía y de un proceso de acumulación de riqueza por extinción y por muerte.

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