La Nueva Edad Oscura III

La Nueva Edad Oscura III

Sobre el final del futuro en 10 conceptos

 

Elecciones, la explotación de las naturalezas de bajo costo, la violencia y las violencias contra las mujeres

 

En estos meses que siguen, para beneplácito del electorado, se celebra con gozo las elecciones en Rusia y EU con un detalle sobre el final de etapa del neoliberalismo como muchos han deseado pero que no por mucho significa se remodelen sus fuentes y sus procesos.

 

Se habla de un fin del neoliberalismo pero se refuerza en su presencia de la mano del seguimiento de nuevos periodos soñados para los presidentes de esas naciones, su fin en esta nueva edad oscura es asegurarse del giro de los procesos políticos a una administración integral del medio regional en el que se asientan con la colaboración de los propios países vecinos, es decir tener cada vez más influencia regional.

 

Su pretendido elitismo de campaña que le habla al pueblo es el de la fragua de una nueva clase de elite, la elite de los empresarios megabillonarios que en EU y que en Rusia se apuestan sobre el desplazamiento del aparato exclusivo del mundo soviético previo por una colección de empresarios que formulan los procesos económicos de cara al futuro y bajo la éguida empresarial.

 

En esta edad oscura el giro de esta nueva clase de elite configura un nuevo reparto donde se trata de vincular con la distribución controlada de la riqueza de proyectos regionales cuyo “divide” es incluso el debate de liberar el proceso en medio de guerras cruentas como las de Azerbaiyan o las de Siria o Palestina como guerras raciales.

 

Y que a fin de cuentas, son el pase de una época neoliberal que solo extraía y saqueaba esas poblaciones para hacerlas ahora en versiones occidentalizadas o al estilo ruso para encontrar causa común sobre la estructura de una jerarquización racial y dividir ganancias de proyectos y proezas que están fraguando con las estas potencias mundiales de fondo controlando de otro modo esas naciones.

 

La guerra como una guerra que rompe la resistencia racial y como parte de un proceso donde ponerse en riesgo supone una evolución racial hacia una nueva consolidación de sí misma como raza dominante. Por el camino de este proceso de riesgo que consume riesgo esta que al privatizar la realidad en una fase de la elite como nuevo pueblo objeto de la popularización, este manejo electoral se enfrenta a los riesgos de explotar racionalmente el mundo bajo la mano de la optimización tecnológica que los asiste.

 

Donde las 7 naturalezas de bajo costo: recursos naturales, dinero, trabajo, salud y cuidados, alimentos, energía y vidas, son objeto de precarización en la reorganización y re-escritura del mundo que es la fuente de la violencia de la vida cotidiana, entendiendo este proceso de precarización como la relacionada con el despojo de medios de subsistencia, que implica una “acumulación de riqueza por desposesión” para las elites.

 

De modo que estas naturalezas de bajo costo sean por así decirlo el botín de la privatización y que como lema de campaña nos suena a ultimo espacio donde refugiarnos cuando ya no quede un lema más avanzado, es decir cuando se tenga menos que hacer por la realidad, una realidad integral que define estas naturalezas en medio de guerras y en medio de conflictos para finalmente llegar a las mesas de las elites que se sirven de ellas en el consumo.

 

Es un diagrama constituido por segmentos que forman una geopolítica bien identificada que permite hacer cálculos de optimización sobre la elección de los gobiernos afines a la privatización verde del New Green Deal, que supone una naturaleza y medio ambiente que al privatizarse constituye un activo sobre la que se puede producir la nueva revolución verde de una nueva clase de capitalismo neoliberal.

 

Este proceso de guerra es el proceso del necroceno o que es objeto de las necropolíticas que cierran el paso a una nueva forma de identidad de las comunidades, donde puedan convivir con el avance tecnológico de estos empresarios en el gobierno que privatizan. Siendo las comunidades y su medio de vida los que son brutalizados y expulsados hechos migrar a la fuerza o ya en versiones más conflictivos objetivos tácticos de guerra o presas de necropoliticas que les donan la muerte por la expulsión.

 

El “Cubo Rubik” del mundo relata a grandes rasgos el acomodo ultramoderno con el paisaje salvaje de los excluidos y a quienes se les puede someter a las tecnologías de muerte en los países en desarrollo como un producto exclusivo de estos procesos de guerra que van de lo comercial a las guerras militares tácticas.

 

Siendo el pasto de la guerra necropolítica y extintiva del necroceno, la guerra contra las mujeres en el sentido de se disputan de ese modo las preferencias del Estado para hacer dentro del plano social el uso de los servicios de tortura, asesinato, desaparición forzada, feminicidio siendo el común denominador la desposesión del cuerpo de la mujer con fines de dominación sexista y racial que erosionan y disminuyen la autonomía del Estado y su monopolio de la violencia.

 

Que las mujeres como transmisoras de la socialización y del modelo de vida de las comunidades amenazadas así sean ciudades globales, son atacadas como blanco táctico sobre el que circula la vida como capacidad de engendrar a lo que se entiende como ejercito de reserva en el que se deposita la primacía racial del grupo y que supone que a la destrucción de los nexos constitutivos de los grupos que supone la presencia de las mujeres se dé fuerza racial a otros grupos, mientras que el asesinato o la destrucción de los cuerpos femeninos demuestran que quienes les hacen la guerra son la raza superior por parte del ejercito vencedor, y que en este caso toma el modelo de vida de la sociedad de la violencia de los extranjeros, de la sociedad narco, de la sociedad crimen organizado, de un partido político corrupto, de un grupo dominante que destruye los modos de vida de otros grupos. Que en la rivalización contra los hombres que destruye se le impone a la mujer como pasto de guerra. Debilitar a un grupo que se mantiene unido se logra vulnerando a sus mujeres, haciendo de las calles y de los lugares un lugar inseguro, impropio para estar, etc.

 

La guerra contra las mujeres supone que la presión venida de las deudas mundiales que un paisaje posee en la que la deuda contra la compra de los artículos de necesidad, que la presión por el desempleo, la desigualdad, la incapacidad de consumir, la incapacidad de dar una mejor vida, la necesidad de la mujer en la vida pública y sus nuevos espacios de solidaridad vulneren la vieja alianza con los hombres al punto de hacerlos antagónicos, sujetos a la violencia intrafamiliar, sujetos a la violencia mortal, que también es la de las bandas de criminales que con tal de ejercer el poder presionan por el lado flaco de los grupos con tecnologías de muerte como el secuestro, la extorsión, la violación de mujeres, la violencia general contra las mujeres, la explotación intensiva sexual, la trata y el feminicidio en todas sus versiones.

 

En la nueva época oscura este es el teatro de operaciones, es el pasto de una guerra de los países avanzados en las formas de mega-estructuras de colonización avanzada con sus instrumentos internacionales y regulaciones que ponen a funcionar a naciones en términos de extractivismo, populismo, corrupción, producción privatizada de toda la realidad y violencia contra la mujer, es el fin del futuro, cuando la ya la resistencia antagónica de la alteridad radical ante toda esta amenaza lo constituyen seres como la ameba come cerebros que surgió en EU, el SARS-CoV2 en China o la peste porcina.

 

Conviene anotar novelas el fin del mundo: La guerra más cruel de Arkadi Bábchenko; Patologias de Zajar Prilepin; Hielo de Vladimir Sorokin; Temporada de Huracanes de Fernanda Melchor; Historia de una desaparición y El Regreso de Hisham Matar.

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