La ciudad arqueológica de Teotihuacán, considerada centro vital de Mesoamérica, talvez pudo haber sido trazada a partir de la Pirámide de la Luna según expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
Considerada la segunda estructura principal de esta antigua urbe, la Pirámide de la Luna llega a tener debajo una caverna natural, lo que pudo haber influido en el trazado de esta urbe prehispánica, al contrario de comenzar con la Pirámide del Sol, como se pensaba, precisó este lunes un boletín del INAH.
Las doctoras Denisse L. Argote Espino y Verónica Ortega Cabrera han analizado que el origen natural de la cueva ofrece una perspectiva vanguardista sobre el origen de la planificación de Teotihuacán, que alcanzó su apogeo hacia los años 350-650 d.C.
Es natural la cueva y no fue excavada, como sí lo son las cavidades que fueron halladas bajo la Pirámide del Sol y el Templo de la Serpiente Emplumada, mencionaron.
En un artículo publicado en la Journal of Archaeological Science, las especialistas indicaron que desde hace tres décadas se pensaba que la cueva bajo la Pirámide del Sol era natural y que esto pudo haber influido a seleccionar el lugar donde se construyó la ciudad.
El texto publicado por las especialistas del INAH fue realizado junto con expertos de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se recalcó que el aspecto que apuntala la teoría de que la Pirámide de la Luna pudo ser el punto de partida del diseño urbano, es que la primera de sus etapas constructivas, el llamado edificio 1 (100 a.C y 50 d.C.), es “el monumento teotihucano con más tiempo conocido” y es anterior al plan urbano que se observa actualmente.
Este edificio “tenía un tamaño modesto y estaba relacionado con el mito de la montaña sagrada, simbolizado por el cercano Cerro Gordo”, mencionó el INAH.
Las primeras etapas se hicieron hacia el frente de la estructura y la pirámide fue agrandándose hasta cubrir la cueva, por lo que otra pregunta es “si la posición de esta cavidad influyó en las sucesivas expansiones de la Pirámide de la Luna”, aseguró.
Los expertos en geofísica confirmaron en 2017 la existencia de la cueva en el subsuelo de la pirámide mediante el uso de técnica llamada Tomografía de Resistividad Eléctrica (ERT, por sus siglas en inglés), agregó el INAH.