La región de La Venta estuvo habitada desde mucho antes de identificarse como asentamiento olmeca, expusieron especialistas en la más reciente sesión del Webinario Internacional de Arqueología (WIA) organizado por la Universidad Veracruzana (UV), a través del cuerpo académico (CA) Arqueología del Paisaje y Cosmovisión.
En las zonas aledañas a este sitio se han encontrado evidencias de que fueron habitadas desde el Formativo Temprano. Incluso, la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)-Tabasco, Rebecca González Lauck, expuso que la ocupación de esa región fue desde “antes de que se identificaran como olmecas, la ocupación en la región fue de varios milenios”.
Es más, dijo sospechar que por compartir estilos y temas, muchos sitios fueron contemporáneos en algunos momentos: “La idea original –que se repite mucho todavía– de que San Lorenzo es primero, después La Venta y después Tres Zapotes, poco a poco se irá descartando. La evidencia nos pintará un cuadro más completo y se verá que todos interactuaban”.
González Lauck, con más de 30 años dedicados al estudio sistemático de La Venta, dio una breve introducción de cómo se percibe ahora esa antigua ciudad olmeca; habló de productos de la investigación que desmintieron la idea de que era un centro ceremonial, aislado y habitado exclusivamente por sacerdotes que cuidaban de él, pues había zonas habitacionales dentro de la zona urbana y fuera de ella, al norte de sitio.
La escultura en piedra ha sido uno de los elementos más llamativos de las investigaciones ahí desarrolladas, “todas ellas son impresionantes, por sus enormes tamaños y los enigmáticos temas representados”.
De ese arte escultórico también dio detalles, pues en La Venta han encontrado un pequeño porcentaje de las esculturas en su última posición original. “Si bien su ubicación no nos ayuda a desentrañar sus significados, hemos detectado ciertos patrones en los agrupamientos”.
Un ejemplo citado fueron dos tríadas de momentos que demarcan la parte monumental del sitio, en sus límites norte y sur: tres cabezas colosales, las cuales tenían su cara hacia el norte, afuera del sitio y estaban en hilera, en eje este-oeste; así como tres esculturas al sur, figuras humanas encuclilladas, con enormes cabezas y con casco.
“Muy probablemente ambas (triadas) indicaban accesos a la antigua ciudad.”
También habló de pares de altares y de un conjunto de lápidas labradas: “Las lecturas ‘iconográficas’ en el arte olmeca son altamente especulativas por la falta de textos explicativos. Estas investigaciones en La Venta han subrayado la importancia de poner atención en los contextos arquitectónicos de ellas, al igual que de sus asociaciones escultóricas, para acercarnos a sus posibles lecturas. También indican un sofisticado lenguaje visual–ideológico”.
Asimismo, subrayó que la investigación arqueológica –de campo o gabinete– es la base, el soporte del cual se desprenden todas las tareas que como científicos sociales, sin distingo de institución, toca proteger, preservar y difundir.
Valérie Courtés, de la Universidad de París I-Pantheón Sorbonne, presentó una de las líneas de investigación en curso, que comprende una revaluación de las ofrendas descubiertas en el sitio ceremonial.
Su ponencia se llamó “Las ofrendas de piedra verde del Complejo A de La Venta”. Explicó que uno de los rasgos más llamativos de las excavaciones en La Venta en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado fue un acervo “impresionante, por su calidad y cantidad, de artefactos labrados en jade –ahora sabemos que lo que se llamaba jade pueden ser diversos tipos de piedras verdes, jadeita y serpentinita”.
El que citó como excepcional conjunto de artefactos se encontró en agrupaciones que los arqueólogos llamaron ofrendas. Contextualizó que el Complejo A es considerado el corazón ritual y originalmente estaba conformado por nueve plataformas de tierra, pero hoy en día apenas y se disciernen en la superficie.
Expuso que se trata también del área más excavada en las décadas citadas y que, con base a las fechas de carbono 14, es posible saber que la ocupación de esta parte del sitio tuvo lugar en un periodo de cuatro siglos, entre el 1000 y el 600 a.C.
Precisó que se han identificado cinco ofrendas masivas, “dos de ellas son obras excepcionales por la conformación de mosaicos con diseños abstractos, cada uno de los mosaicos estaban compuestos por unos 400 bloques de serpentina que se encontraron a poco más de cinco metros de profundidad y fueron depositados sobre una plataforma de seis metros de altura, hecha de fragmentos de piedra serpentina.
”Estos dos elementos –mosaico y plataforma– fueron cubiertos con arenas y arcillas, y sobre las mismas fueron construidos montículos de tierra y dos ésos, al final de la construcción, eran delimitados por columnas de basalto.”
Así, habló del resto, como la famosa Ofrenda 4, conformada por seis cinceles de jade en posición vertical que delimitan un espacio donde se encuentran 16 figurillas labradas en piedra verde, que forma una escena en especie de semicírculo.
“Esta línea de investigación es parte de una más amplia sobre la arquitectura, y un ejemplo para los estudiantes de cómo materiales ya excavados, debidamente documentados, pueden estar sujetos a otros análisis, otras visiones, que facilitará la comparación con otros mega acervos de ofrendas.”
En su oportunidad, Denisee M. Vergara González, egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, habló del área que circunda a la ciudad, cuyos estudios han brindado nuevas perspectivas al entendimiento de la misma. Su participación llevó por título “La Venta. Investigaciones en el área de apoyo”.
Dijo que si bien los estudios de los últimos 30 años presentan un avance considerable para conocer la región, aún hay áreas que son desconocidas. Dio pormenores de las investigaciones realizadas en sitios que están alrededor y que fueron habitados no sólo desde el primer milenio antes de nuestra era, sino que se calculan dos milenios y medio antes.
“Hay muchas aportaciones importantes para La Venta, pero hay áreas que todavía están desconocidas. Toda la información que se trató de simplificar aquí nos da a conocer que mucho antes de que se fundara la ciudad o se estableciera uno de los asentamientos más antiguos y complejos, ya había otros mucho más antiguos. Además, que el conocimiento y aprovechamiento del ambiente ayudó a éstos a sostener poblaciones grandes, pero aún tenemos muchas interrogantes y preguntas por contestar.”
Finalmente, Sisiyi Ruvalcaba Valdés, quien durante 12 años se desempeñó como jefa de la zona arqueológica y el Museo de Sitio de La Venta, habló de las implicaciones del manejo de una zona arqueología abierta al público y los proyectos desarrollados principalmente con población infantil, cuyo ánimo fue diluir la idea de que se trata sólo de montículos cubiertos de pasto, así como réplicas de monumentos en el museo y se valorara el patrimonio cultural.
El WIA se desarrolla los jueves de 18:00 a 20:00 horas, y es moderado por Lourdes Budar Jiménez, directora de la Universidad Veracruzana Intercultural y organizadora de este ejercicio académico.
Para ver a detalle las cuatro sesiones realizadas o estar pendiente de las venideras, consulte su página de Facebook: WIA.UV.