El tan publicitado semáforo verde para Veracruz, que anunció en una de sus conferencias diarias el subsecretario de Salud López-Gatell fue tan solo un espejismo que sirvió durante 15 días para reactivar un poco la economía, en especial el sector turistico, que durante la Semana Santa y el verano alcanzó un máximo de ocupación de 30%.
Al cierre de esta edición el territorio veracruzano había regresado a semáforo naranja, con una curva ascendente de casos de COVID19.
En el estado de Veracruz la Secretaría de Salud contabiliza ya 6 mil 154 defunciones y 42 mil 93 casos acumulados de contagio.
En nueve meses de pandemia, dos inmuebles de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 (el Velódromo de Xalapa y el Centro de Raqueta en Boca del Río), así como un hospital psiquiátrico abandonado, tuvieron que ser habilitados como hospitales covid o Centros de Atención Médica Expandida.
Sólo las entidades de Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos y Poza Rica acumulan ya 2 mil 452 defunciones y contando; pese a ello, mercados, zócalos y centros comerciales lucen abarrotados para las compras navideñas y las ofertas de fin de año. La gente hace enormes filas sin respetar la sana distancia.
Cuitláhuac García descartó que se fueran a cerrar los centros históricos o a “bajar la cortina” de los comercios. Prefirió exhortar a la ciudadanía para que no haga fiestas, posadas ni bailes, pero al parecer no funcionó.
Sólo en el Puerto de Veracruz se inauguró una discoteca (Lions Club) la semana pasada; en Coatepec se siguen realizando bailes en bares y terrazas campestres. En Xalapa, comerciantes y fayuqueros invadieron varias calles del centro.
La oposición a las medidas de seguridad no es pasiva. El martes 22 elementos de las policías Municipal y Estatal decomisaron más de 200 kilos de pirotecnia y se desató una batalla campal entre medio centenar de personas que dejó cuatro lesionados, entre ellos un policía.