Alejandro Rosas

Lo más inesperado llegó y a todo el mundo agarró desprevenido. Nunca imaginamos pasar tanto tiempo dentro de nuestras casas, conviviendo con las personas y animales que la habitan o con nuestra soledad.

 

Pocos previeron que el mundo entero padecería lo mismo y entonces nuestras rutinas tuvieran que parecerse mucho, al mismo tiempo que cambiaban abismalmente.